Sede de Camara de Comercio, Industria y Navegación
Todo lugar tiene una energía y cualidades que el proyecto ha de saber interpretar y utilizar.
Nos interesa especialmente esta lectura del “paisaje urbano” que se hace a través de la incorporación de nuevas piezas, en especial las de uso institucional y las que tratan el espacio público.
En el caso de la Sede de la Cámara de Comercio, el carácter institucional del edificio y la complejidad del programa, nos han permitido abordar la relación con el lugar a través de operaciones que conducen a otorgarle una cualidad singular, como por ejemplo definir un punto de acceso principal al recinto en la confluencia de las dos Avenidas y en este punto ingresar a una plataforma que se eleva dos metros sobre la cota de la calle, a modo de podium, que sustenta unas piezas de diverso carácter que enfatizan, por sus cualidades materiales y volumétricas la presencia de un edificio de uso publico en un tejido básicamente residencial.
Una de estas piezas asume, por su mayor altura, la expresión a nivel urbano del conjunto. Contiene los usos estrictamente de gestión y representación de la entidad, y está acompañada de otros dos cuerpos más bajos que colonizan y estructuran el resto de usos en la extensa parcela: salón de actos y edificio destinado a los usos más públicos. Ponemos siempre especial interés en los espacios libres de la parcela; en este caso la aparición de la jardinería tiene una gran importancia cara a la calle compartida con las viviendas unifamiliares que se benefician de la aparición de los cuatro patios que incorporan un espacio vegetal y un fondo de perspectiva en una calle muy dura.
Otra constante de nuestro trabajo es la manipulación de la luz natural y artificial, trabajamos con la luz para definir las cualidades esenciales del espacio.
Este tema esta muy presente en “el sistema de vestíbulos enlazados” que organiza el Proyecto en los que se percibe esta presencia matizada de la luz natural a través de los distintos patios y los lucernarios que construyen una red de miradas cruzadas entre las estancias para el trabajo.
Aquí y asociado a la luz aparece otro tema que nos interesa: el movimiento de los usuarios y las relaciones que estos, a través de sus desplazamientos por el edificio, establecen con la arquitectura y con la ciudad circundante, de ahí la importancia de esa permeabilidad que se aprecia desde el interior del edificio hacia su entorno inmediato o lejano.
El negativo y contrapunto de esta imagen es una apariencia exterior no tan permeable que se apoya en el gran formato del despiece de los paneles prefabricados de hormigón, a cuyo desarrollo hemos dedicado mucha atención para producir esta envolvente austera y bien tejida con los planos de vidrio y sus celosías de protección.
La plataforma sobre la que se presenta el edificio es de hormigón y piedra de Filita, ambos en tonalidad gris antracita, y los paneles de fachada son de hormigón Grc blanco. Este contraste, ya desde la apariencia exterior, otorga ese carácter que singulariza el edificio en un entorno construido en el que dominan los ocres y amarillos en fachadas y las tejas cerámicas en cubiertas. Aquí nuestra identificación la asume la ausencia de color, cierta idea de austeridad.
El espacio interior prolonga en parte esta filosofía pero por motivos diferentes. La luz natural trabaja bien derramada por paramentos blancos y capturada por el suelo negro, haciendo nítidos los espacios que sin duda se van a dotar de color a través de la vestimenta de sus usuarios, el mobiliario…. con lo que el contenedor se define como un telón de fondo con registros escuetos y contundentes: Luz, Blanco y Negro.
La decisiones que tienen que ver con “los materiales que construyen las ideas” son el centro de nuestro trabajo. Todas las fases del proyecto y de la obra giran en torno a la cualidad material de nuestra arquitectura y le otorgan gran parte de su carácter.
La primera aportación es a través de los mecanismos pasivos de la construcción de la envolvente del edificio y del cuidado de su composición para que en un clima tan extremo como el de Granada las cargas térmicas y las perdidas sean las mínimas a combatir por los sistemas de acondicionamiento.
Aquí nos imponemos siempre una condición investigadora para aprovechar la tecnología adecuada, y esto es sinónimo de considerar en primer lugar criterios de eficiencia y sostenibilidad con la dificultad que esto implica. Sin duda eficiencia y sostenibilidad tienen que ver directamente con costes de construcción y de explotación y, a través de este ciclo que se cierra desde las ideas a los materiales que las construyen, siempre hemos sido conscientes de que una adecuada elección y un proyecto muy definido en todos sus aspectos materiales y tecnológicos, es garantía de un gran control del coste final previsto, que en este caso es limitado de partida por un presupuesto muy ajustado de 800 e m2.
La envolvente de panel sándwich de GRC de 100mm sellado, doblada por termoarcilla de 140mm y acabada al interior por panel de yeso cartón sobre subestructura galvanizada, y la gran calidad de la carpintería de aluminio y el acristalamiento diseñados, van a permitir un ahorro energético en el acondicionamiento del edificio muy significativo a lo largo de su vida útil, con unos costes de implantación ajustados dentro de una calidad singular cuyo mayor coste a priori se compensa con la rapidez de su ejecución y la precisión que permite una tecnología prefabricada.
El cuidado en la disposición de los paños acristalados respecto de la orientación, y en su caso la protección mediante sombras de los más expuestos, contribuye a disminuir cargas que habrían de ser combatidas por los sistemas de acondicionamiento con el consiguiente ahorro de un coste permanente alo largo de la vida del edificio.
Esto ya de por si constituye un ahorro energético muy importante porque estará presente en cada día de funcionamiento del edificio, y podemos cifrar la vida media de este en unos 100 años.
También se ha instalado en cubierta una zona de captación solar fotovoltaica que vierte a la red el equivalente a una parte importante del consumo total del edificio, lo cual también equilibra el balance energético global. Además recogemos el agua de lluvia en un aljibe específico que permite el riego de todas las zonas ajardinadas del proyecto.
En suma, otorgamos mucho valor en este proyecto a los mecanismos pasivos que la arquitectura debe disponer en nuestra latitud como máximo exponente de una sensibilidad medioambiental ineludible.