Mercado de Sanchinarro, Madrid
Accésit del concurso del Mercado de Sanchinarro
Entorno infiltrado
El mercado como lugar de encuentro. Una plaza cubierta. Una plaza donde encontrarse.
El edificio es espacio público. Su entorno inmediato es imantado por el nuevo equipamiento de Sanchinarro. Todas las actividades públicas del barrio, también se van a realizar dentro.
Los 3 mundos, 3 en 1.
En un solo edificio se condensan tres situaciones distintas. Se estratifican los programas y se relacionan verticalmente entre ellos. Se invierte la posición convencional de mercado con cubierta ligera y sótano con aparcamiento, para ubicar el aparcamiento en cubierta y descender a través de distintas capas programáticas. Así, cada una de estas situaciones adquiere una intensidad en si misma, y aumenta su potencial de abrirse a otras actividades. Cada acción se convierte en una experiencia más intensa.
La nube
Llegamos con el coche por las calles de Sanchinarro, entramos con el coche en el nuevo edificio de mercado y sin darse cuenta aparecemos en la cubierta. La cubierta se convierte en el Panoramic View de Sanchinarro. Bajo unas redes tensadas vemos las estrategias urbanas, las posiciones que ha ido adoptando la ciudad, sus relaciones. El aparcamiento tiene un horario comercial. Fuera de este horario, se deben desarrollar otras actividades independientes al uso del aparcamiento, encuentros, cine drive-in, conciertos, ferias...
De la nube, cuelgan unas actividades más acotadas y controladas como son el gimnasio, los restaurantes y las oficinas de administración.
Descenso de entrada
Una vez dejamos el coche en la cubierta, nos disponemos a ir al mercado desde arriba. Cruzamos la losa de la cubierta. La fachada del mercado (su planta) se nos muestra ante nosotros con una brutal claridad. Estamos viendo todas las paradas aéreamente, sus organizaciones, sus agrupaciones, las aglomeraciones... La planta es la fachada. Ya sabemos a donde hay que ir. Seguimos bajando. De repente, ya estamos dentro. Ahora ya somos mercado y parte de su fachada.
Los huertos.
La cota del mercado, como un espacio de encuentro y de intercambio. El mercado se dispone como una gran alfombra de paradas a disposición de sus clientes. Se diferencia de un supermercado por la interacción que se genera entre dos personas (comprador-vendedor) al adquirir cualquier producto. Espacio de soporte como intercambiador de mercancías.
La topografía se adapta según las condiciones de cada elemento que se dispone encima. Paradas, escaleras mecánicas, rampas de subida y de bajada, bares, zonas de reposo. Cada acción tiene una respuesta. Un tamaño, una posición en altura y una relación entre usuarios. Así pues las paradas se sitúan 50 cm por debajo de la cota del mercado, los bares a 60 cm por encima... Cada acción tiene su óptima posición.
Comprar , entrenar y bailar
La topografía de la planta baja se convierte en un espacio expectante. Cuando se cierra el mercado, que queda? Podemos participar libremente de un espacio preparado pero no programado. Un espacio a la espera, a la expectativa. Listo para que los usuarios lo usen. El falso techo dota el espacio con los elementos necesarios para que se produzcan de forma libre y natural las actividades colectivas propias de un barrio.
A través de un simple mecanismo manual, cuando se cierra el mercado, las paradas desaparecen por completo. La planta baja, se convierte en el espacio idóneo para actividades públicas en un espacio cubierto. Actividades deportivas, conciertos, ferias de barrio, fiestas mayores, eventos... El mercado como lugar de encuentro.
Las grietas
En la topografía de la planta baja aparecen unas grietas que conectan con el espacio subterráneo, donde se encuentra un centro comercial y algunos programas que no requieren de las condiciones lumínicas naturales. De hecho, estos programas demandan una cierta concentración y aislamiento del exterior.
Grietas atractoras que engullen compradores.
En ellas se esconden los programas más mecanizados y menos personalizados. Almacenes que se trabaja con furgonetas y mecanismos de almacenajes, Supermercados donde solo hay personal al final de todo el recorrido, bancos que funcionan con cajeros automáticos...
Efecto Ikea, comprar en un almacén.