Casa 78
A diferencia de los proyectos habituales, las exigencias de los clientes fueron mínimas. Esto nos permitió que los aspectos principales que queríamos tener en cuenta – espacios y distribución, materialidad, construcción y sostenibilidad – se pensasen y resolvieran en un mismo concepto creativo global.
La distribución parte de una amplia escalera central que facilita el recorrido hasta la ultima planta, donde se sitúa la sala de estar y la cocina, sin necesidad de pasar por el taller de pintura y la planta de dormitorios. Esta decisión permite que las dos piezas principales tengan asociado un espacio exterior – un jardín al fondo del estudio y un patio frente la sala de estar – a la vez que se saca partido de la relación interior de las fachadas favoreciendo las ventilaciones cruzadas y la optimización de la luz natural. La posición central de la escalera permite la entrada de luz en los ámbitos interiores y las ventilaciones por efecto chimenea.
El funcionamiento de triplex invertido aprovecha la cubierta como acumulador térmico natural y permite sincronizar el programa de la casa con el sol y la inercia del edificio. En invierno, durante el día la radiación solar calienta el tejado de hormigón que , por su alta inercia, acumula y retrasa la entrada de calor que es aprovechada por la noche cuando bajan las temperaturas. En verano, al estar los dormitorios en la planta inferior, el calor acumulada se disuelve durante la noche aprovechando la ventilación cruzada de la última planta. De esta manera, por la mañana, tanto el espacio interior como la cubierta se han refrigerado. En la cubierta, además, se coloca un captador para A.C.S.
Los espacios exteriores son decisivos en el confort de la vivienda. El jardín a sur de la planta baja, a parte de permitir la ventilación y la iluminación natural del estudio, actúa de amortiguador climático, plantándole vegetación que aporta sombra y refresca el ambiente, y regándolo con agua aprovechada de la cubierta y mediante el riego gota a gota. Por otro lado, el patio de la segunda planta queda protegido de las radiaciones solares por su orientación norte y por lamas fijas a este y oeste que aseguran la privacidad deseada pero manteniendo la ventilación natural. Con todo, conseguimos mantenerlo fresco, acentuar la diferencia de temperatura con la fachada sur y provocar, mediante este efecto térmico, un aumento de la ventilación cruzada.
Las fachada, de estucado tradicional de agua y calcio y revestimientos fenólicos de madera, recuerdan las antiguas casas entre medianeras de la zona, donde predomina el lleno sobre el hueco y donde las composiciones verticales de los huecos son aparentemente aleatorias. El resultado es una edificación de una materialidad radical, cambiante y escultórica que se integra plenamente en la trama urbana existente.
La fachada sur, mas castigada por el sol, aprovecha el estucado blanco para reducir la transmisión de calor por radiación. Los huecos se protegen mediante el ajuste de su medida, su diseño geométrico y con sistemas de protección flexibles, postigos y persianas de lamas graduables. De esta forma, los pavimentos y techos de hormigón fratasados con cuarzo y abrillantados, contribuyen con su masa calentada por el sol y gracias al efecto invernadero, a gestionar selectivamente la inercia térmica del edificio. Calentamos, pues, superficies interiores de mas directo aprovechamiento que las fachadas.
La estructura es metálica y para minimizarla se utilizan articulaciones isostáticas en el sentido de la medianera que se estabiliza mediante triangulaciones.