Casa dels Vents
Ubicada en Sa Pobla, Mallorca, en una zona conocida como “es Raiguer” se encuentra una vivienda de nueva construcción para una familia.
Con la Serra de Tramuntana como espectador de lujo, se plantea una casa en el que el diálogo con el entorno, el uso de materiales naturales y la buena orientación tanto solar como con los vientos predominantes en la zona son claves.
El proyecto busca reconocer algunos aspectos de la construcción tradicional, como son las cubiertas inclinadas, el usos de materiales terrosos y la tipología de los huecos, y llevarlos al extremo para conseguir una casa con las necesidades y manera de vivir actuales.
Dos piezas en forma de cruz se ubican en un terreno plano de tierra en el que zonas de día, zonas de noche y zonas exteriores se distribuyen teniendo en cuenta su orientación solar y la acción directa del viento, tan importantes en las construcciones locales.
Gracias a la posición de estas piezas colocadas a 45º respecto al Norte, el “embat” durante el día y el “terral” durante la noche nos dan aire fresco, tan preciado en esta zona interior de Mallorca, durante los meses más calurosos de verano
La tierra arcillosa del lugar, presente en la zona por el cultivo de hortalizas, especialmente de la patata, marca una tonalidad muy especial durante gran parte del año. Es por eso que en el importante ejercicio de integrar en el entorno un edificio con la presencia que presentaba este, era necesario el uso de materiales de las mismas tonalidades y texturas.
El contacto de esta gran pieza sobre el terreno se veía crucial para solucionar esta cuestión y el material clave que nos permitió hacerlo fue el Fetdeterra. Un producto “ecoinnovador”, como ellos mismos se definen, compuesto por materiales 100% reciclables y sostenible con el medioambiente. Únicamente la tierra y la cal forman este interesante producto que nos permite conseguir este acabado tan natural y tan integrado con los tonos predominantes en la zona rural de Sa Pobla.
A partir de aquí, el uso de gravas de procedencia local, el marés como elemento resistente en las zonas de paso exterior y la cerámica como elemento de nexo entre los diferentes materiales nos aportan una gran cohesión con el terreno y dotan a la casa de esta sensación de estar en un espacio que siempre ha estado allí.
El interior de la casa busca nutrirse de esta intensa luz dorada que entra a través de los patios que rompen la fuerte geometría de la casa y los huecos de fachada (en algunos casos protegidos por un porche y una pérgola). En el corazón de la casa, en la intersección de la cruz geométrica del edificio se ubica la zona de día, totalmente conectada con la zona de la piscina y el resto de espacio exterior de la parcela, generando una buena ventilación cruzada y un espacio lleno de luz.
La madera como elemento principal y los tonos claros en paredes y suelo nos dan la calidez necesaria para un hogar para la familia.