Centro de Interpretación de Risco Caído, Artenara. Gran Canaria, Islas Canarias.
La intervención se localiza en Artenara, un municipio del interior de Gran Canaria en las Islas Canarias. Este pequeño pueblo se caracteriza por la abundante existencia de una tipología edificatoria muy singular, las “casas-cueva”, formadas por construcciones principalmente de carácter residencial que se adosan a formaciones de cuevas, configurando un conjunto marcado la vinculación entre lo construido y lo natural.
El proyecto plantea la rehabilitación de una de estas agrupaciones, formada por dos edificaciones colindantes ligadas a una agrupación de cuevas, para su reconversión en Centro de Interpretación de Risco Caído, yacimiento arqueológico de reconocido prestigio en la isla, que postula para formar del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
La construcción de las dos edificaciones preexistentes, que carecían de valores arquitectónicos reseñables, se realizó de manera independiente y con distinto criterio, lo que las alejaba de cualquier idea de conjunto. Asimismo, el interior se encontraba totalmente compartimentado y adulterado, desvirtuando el potencial de los espacios horadados en la roca.
La intervención se aborda desde la idea de recuperar y poner en valor el conjunto de cuevas, así como dotar al edificio de un carácter más dotacional, adaptándolo a su nuevo uso y asumiendo las bajas condiciones presupuestarias como punto de partida innegociable del proceso de transformación.
En este sentido, la estrategia proyectual aborda distintas soluciones en función del ámbito de intervención.
Exteriormente, el proyecto pretende dotar al conjunto de una cierta singularidad, más adecuada a su carácter público, mediante una clara renuncia a la escala doméstica asociada a este tipo de construcciones tradicionales, unificando los dos volúmenes edificados mediante el empleo prácticamente exclusivo de acero cortén, pero manteniendo a la vez una lectura de independiente de ambos cuerpos. En este sentido, se distingue el edificio de acceso con una envolvente formada por una celosía de lamas verticales en “V” dispuestas en tres posiciones que generan cierto movimiento en la fachada, añadiendo un componente dinámico a la misma.
Estas pletinas se pliegan para conseguir mayor rigidez, configurando de esta manera un “biombo” autoportante en el que los elementos pivotan para controlar la entrada de luz tamizada en el interior del edificio, consiguiendo un ambiente interior más acorde con las condiciones lumínicas necesarias para el futuro espacio expositivo.
El cuerpo anexo, que funcionará como nave expositiva y laboratorio arqueológico, se remata con un gran dintel de acero en el que se abre una serie de troneras de ventilación y entrada de luz controlada, enfatizando en el interior el juego de luces y sombras en el propio sustrato de piedra. Bajo este marco de acero, se tapian los huecos preexistentes de forma masiva, con paños de hormigón in situ desbastado, por los que discurrirá el óxido del acero con el paso del tiempo. Estas piezas de hormigón, se alternan con los paños de aplacado de piedra basáltica (único elemento original que se ha mantenido en la nueva composición de fachada), transformando el antiguo ritmo de llenos y vacíos en una alternancia entre la textura de la piedra y la del nuevo hormigón.
Al contrario que en el exterior, donde la estrategia proyectual se basó en un añadido de capas, en el interior la operación consiste en gran medida en la supresión y limpieza de paramentos y elementos que compartimentaban el espacio, de tal manera que se planteó una intervención mínima en la piedra, encaminada a resaltar el potencial de las formaciones rocosas.
Con la finalidad de habilitar el interior para su nuevo uso, se ejecutó un pavimento continuo de hormigón que vincula lo construido y lo natural (volumen edificado vs. cuevas), configurando el nuevo espacio museístico, mientras que en el plano del techo se trazaron las instalaciones necesarias para el pretendido uso contenidas en un perfil en U suspendido del techo que recorre, serpenteando, la totalidad del edificio, reforzando el futuro recorrido expositivo.