Mercado Modelo
Este sector de ciudad surge del impulso y la gestión institucional, por lo que no debería emular los valores y las formas de la ciudad liberal; y sin embargo la urbanidad del SXXI nos exige ser capaces de conciliar la construcción de identidad y cohesión social con el potencial creativo de las practicas más especulativas. El valor de un enclave urbano con estas características, se basa en la calidad de sus espacios públicos y de sus edificaciones, pero por sobretodo de la manera en que estos se ofrecen a la experiencia.
Aspiramos a construir, en el baricentro de la ciudad, un lugar capaz de equilibrar aunque sea solo parcialmente la gravitación afectiva de la rambla costera montevideana. En el magma extenso de la ciudad tejido, la identidad geográfica del territorio es normalizada y desaparece bajo la una sumatoria genérica de individualidades; su presencia es una huella o un accidente. Nuestro proyecto se subscribe a un plan de consolidación de áreas verdes, zonas de esparcimiento y equipamientos del Eje recreativo/deportivo Parque Batlle-Antel Arena-Hipodromo de Maroñas, y aporta al sistema su condición de gran parque urbano. En su lógica estratégica el plan ofrece la oportunidad de articular norma y geografía, devolviéndonos un nuevo constructo portador de una potencialidad económica y social inédita.
Hemos intentado determinar la forma de lo urbano postergando la función al campo indeterminado de lo posible, pero solo de lo que es posible según la manera específica en que las formas propuestas se dan. En este sentido la arquitectura que proponemos es geográfica. Aquí la arquitectura es el objeto y el marco de una potencial condición geográfica; es la delimitación material de la subjetividad, nunca su objetivación. Para nosotros el proyecto es la efectuación sensible de la técnica y del lugar. Es en este sentido que proponemos una arquitectura urbana, enfática y abstracta que se construye como el discurso objetivo de la subjetivación del vacío. La estructura formal del proyecto surge de la prolongación de la traza de la Av. República de Corea, límite que separa dos zonas claramente diferenciadas. Dos hiper-edificios con forma de L ligan la geometría del proyecto con la de la ciudad. Será la configuración de los límites y de sus aperturas de donde el proyecto extraiga su capacidad de construir una manera de vivir la ciudad, de encontrar un sentido universal en una condición específica.
El sector norte se concibe como un área densa de construcciones lineales que se adaptan al terreno estableciendo una altura homogénea para el plano de las cubiertas jardín. Una separación entre las edificaciones de 22 m y la resolución de la vialidad y el aparcamiento bajo los bloques, permite liberar los espacios entre estas barras para el desarrollo de bandas de parque lineal. En sentido este oeste se plantea un sistema de atravesamientos peatonales cada 60 m y vehiculares cada 120 m, que junto con la estructura de pasajes aseguran el acceso universal a todas las edificaciones. El límite de este sector queda establecido por uno de los hiper-edificios con forma de L; entre los usos propuestos para el sector están los espacios de trabajo de distinta índole y la vivienda social. Si el destino de este sector fuese puramente habitacional la densidad propuesta estaría en el entorno de las 200 hab/ha. La planta baja de este bloque en L es un espacio público abierto y continuo que toma el nivel de Batlle y Ordoñes y termina como una terraza con vistas sobre la calle Madre Selva y sobre el arbolado de la Av. Larrañaga. Este espacio público se desarrolla sobre un zócalo de servicios y aparcamientos de 40.000 m2.El sector norte se termina de definir con una de las tres pantalla de 50 x 50 propuestas para en el proyecto y que articulan espacialmente los diversos componentes del área generando una serie de pautas visuales en la extensa horizontalidad del conjunto. Estos edificios se proponen con núcleos verticales en los testeros, y una luz interior de 12m lo que permite unos 12.000 m2 de planta libre.
El sector sur alberga la única construcción del proyecto con una función determinada. El ex Mercado Modelo pasará a ser la nueva Terminal Internacional de Autobuses de Montevideo. La intervención arquitectónica propuesta consiste en la remoción total de la cubierta y del pavimento central con objeto de instalar en el subsuelo la infraestructura y calificar el vacío sobre la ella, construyendo una plaza pública circundada y un área comercial en lo que fuera el interior del antiguo mercado. La planta baja del Mercado pasará a ser una plaza cuadrada de 80 x 80 a cielo abierto rodeada por una claustro que cobija espacios comerciales y gastronómicos. Se ha ampliado el área útil replicando los pórticos de hormigón acartelados de la estructura existente, alcanzando una superficie de 35.000 m2 sobre rasante y de 20.000 m2 en el subsuelo. La plaza se divide en una zona seca, destinada a cafés, ferias, ventas de flores etc… y un espejo de agua de 2 cm de espesor que concebido como espacio de juegos. Una estructura liviana con forma del romboedro truncado permite la ventilación del nivel inferior y registra las vibraciones del movimiento de los ómnibus traduciéndolas en ondas fluctuantes en la lámina de agua.
El proyecto aprovecha la topografía existente para construir un espacio calificado de acceso peatonal al nivel comercial - 1 y a la terminal, en el cruce de Av. República de Corea y Madre Selva, un palmar le otorga tensión vertical y un particular sentido de escala a este espacio de aproximación. Casi la totalidad del sector sur se destina a la creación de un parque urbano que por su diseño intensifica el sentido de portal territorial implícito en la instalación de la infraestructura de transporte. Es en este sentido que el parque se concibe como una suerte de taxonomía de paisajes característicos de nuestro territorio, los paisajes han sido elegidos por su potencial expresivo y por su sostenibilidad, es así que sus senderos permiten atravesar paisajes como el palmar, el rodal o el pedregal dando cuenta de las huellas de una identidad múltiple y compleja en contraste directo con la arquitectura. Una plaza triangular configura el acceso al ex Mercado Modelo.
El límite de este sector es una construcción en L de 60.000 m2. Múltiples perforaciones comunican el parque con la Av. Dámaso Antonio Larrañaga y con la Av. República de Corea, generando galerías y terrazas a ambos lados de la construcción. La edificación se estructura en base a módulos edilicios independientes separados por espacios a múltiple altura que ofician de lugares de encuentro y de descanso equilibrando las diferentes relaciones entre áreas de trabajo, zonas públicas y el paisaje circundante. Esta configuración permite asumir en un artefacto continuo y de apariencia única programas de diversa índole. El primer nivel de esta construcción se destina a un espacio de interconexión y mixtura programática que atraviesa todo el complejo. El aparcamiento se resuelve bajo la edificación en L y en una área frente al ex Mercado Modelo. La estructura diseñada por Eladio Dieste se mantiene dandole un carácter de servicio publico. Dos pantallas de 50 x 50 vinculan visualmente el parque urbano con el sector norte, generando una una imagen unitaria y fomentando la interacción programática y la circulación peatonal entre diversas áreas.
La nueva Av. República de Corea esta pensada como un bulevar interior de tráfico lento, por lo que adopta un un trazado en Z. Se Ha reducido al mínimo las zonas de aparcamiento en el bulevar fomentando su uso peatonal y las actividades vinculadas al ocio. Los márgenes de la calzada se diseñan como terrazas. El buen asoleamiento del la calle se asegura con una distancia entre las edificaciones de 26 m y con la altura menor de la edificación norte. En el extremo oeste de la Av., el edificio del ex Frigorífico Uruguayo será reconvertido en un espacio de usos mixtos. La intervención planteada consiste en desmantelar todas las construcciones adyacente y dejar aislado su cuerpo prismático principal, adosando en su extremo sur una torre mirador que aproxima el horizonte al corazón de la ciudad.
Los principios universales del proyecto se hacen específicos en relación al emplazamiento, configurando un sistema de límites que se entrelazan conjurando la nueva identidad abstracta y multi-escalar del lugar. El espacio adquiere una orientación definida, se abre y se cierra estratégicamente; se contextualiza. El orden geométrico y la escala de los objetos crean la identidad única de un lugar sentimental.