SUPRESIÓN DE BARRERAS ARQUITECTÓNICAS ZUMAIA 35
Las obras de supresión de barreras arquitectónicas en edificios de vivienda resultan enormemente ambivalentes. Por un lado, resulta complicado en la mayoría de los casos trabajar y poner de acuerdo a toda una comunidad, al ser el número de interlocutores mucho mayor que en otro tipo de encargos, el trabajo proyectual acaba por ser mucho más costoso y laborioso. No obstante, por otro lado y por norma general, la finalización de estas obras acostumbra a ser de lo más gratificante por la mejora que supone en la vida del vecindario.
Lamentablemente, todavía hoy existen infinidad de inmuebles con barreras arquitectónicas en sus recorridos, inmuebles que, en muchos casos, fueron construidos hace más de tres décadas y, frecuentemente, en barrios sin altas capacidades económicas.
Partiendo de estas premisas, tenemos como resultado edificaciones no adaptadas habitadas por una población de edad avanzada, hecho que agudiza más si cabe la necesidad de poder acceder a sus viviendas de manera mecánica.
Ante esta perspectiva, poder dar solución a través de la arquitectura a un problema que puede llegar a suponer un impedimento inimaginable y continuo resulta una labor muy satisfactoria.
En este caso, nuestro cometido fue el de conseguir eliminar un primer tramo de escaleras, en ese momento mecanizado mediante una plataforma salvaescaleras así como hacer llegar el ascensor a cada vivienda ya que, en un inicio, éste no llegaba a cota de casi la mitad de ellas. Al mismo tiempo, debíamos conseguir rediseñar un espacio de acceso acogedor y que intentara evitar la sensación de tubo que por sus propias proporciones llevaba implícita. Para ello, se utilizaron materiales claros y cálidos que, junto con una iluminación cuidada, acabaran “engañando” a la vista y generando una sensación de amplitud mayor de la real.
Se dividió el espacio en varias zonas: el acceso/zona de estancia, la zona de buzones y, una vez superado el segundo acceso, una zona de transición previa al rellano distribuidor. Todo ello mediante el propio uso de los materiales y la iluminación.
Como siempre que no enfrentamos a esta tipología de proyecto, aprovechamos la intervención necesaria en la eliminación de barreras arquitectónicas para intentar ensalzar el papel protagonista el portal, uno de los espacios primordiales en las edificaciones y que ha tendido a perder presencia y calidad en los últimos tiempos. Volver, proyecto a proyecto, a dignificar el acceso del edificio, el elemento que recibe y dirige a todo aquel que llega y despide a todo aquel que se va.