NUEVAS OFICINAS EBI, ETXEBARRI
EBI es una ingeniería de instalaciones especializada en sistemas eléctricos, de climatización y telecomunicaciones con la que habíamos coincidido en múltiples ocasiones formando equipo en obras de distinta entidad. Una empresa cuya metodología de trabajo provocaba la necesidad de un cambio de espacio de trabajo.
Así, se nos plantea una nueva colaboración para llevar a efecto el diseño de sus nuevas oficinas dentro de una nave industrial en el municipio de Etxebarri, anexo a Bilbao.
La relación con nuestros clientes siempre es cercana e intensa pero, en este caso, además contaba con una peculiaridad, ese cliente sería al mismo tiempo usuario de ese nuevo espacio y parte del equipo que lo definiría y construiría, con lo que el trabajo en común acabó abarcando cada parte del proyecto de una manera u otra.
Como planteamientos iniciales, EBI propone dos vías de actuación que pasan a ser el eje vertebrador del diseño espacial: por un lado, no quiere despachos ni diferenciación alguna, no existirán puestos de trabajo fijos, limitando los espacios cerrados a salas de reuniones de distinta índole. Por otro, al dedicarse al diseño e implantación de instalaciones, las oficinas resultantes debían funcionar como un muestrario de sus capacidades, convirtiéndose éstas en protagonistas principales del diseño.
Además de estas dos pautas, la propuesta debía dejar abierta la opción de ir ejecutando mejoras en el futuro, construyendo en esta primera fase los elementos justamente necesarios para el correcto funcionamiento de la empresa. Así pues, necesitábamos solucionar el espacio de una manera económica y controlada pero alcanzando la totalidad de los objetivos marcados de inicio.
La superficie disponible se dividió en dos mitades: una destinada a taller y otra a oficina, cada una de ellas con acceso independiente pero comunicadas entre sí. En la parte de oficina se crearon a su vez dos grandes volúmenes a través de los cuales quedaran definidos todos los espacios, uno de ellos alberga una gran sala de usos múltiples (reuniones, conferencias, presentaciones,…) y una sala de reuniones, el otro acoge salas de videoconferencia, la zona de bar y la sala de RACK, enmarcada como imagen de bienvenida al visitante.
La morfología de estos dos volúmenes acaba resolviendo el programa en planta, acotando la entrada, dirigiendo al usuario hacia la zona de trabajo y creando al mismo tiempo zonas de diferentes características espaciales lo cual favorece la diversidad funcional sin dividir físicamente las mismas.
De igual manera, otros dos volúmenes de menor entidad tanto en superficie como en altura y con usos comunes a taller y oficina hacen las veces de nexos de unión entre ambos espacios, partiendo el muro divisorio y quedando así como espacios de relación entre las dos partes del equipo.
En lo referente a la materialidad, durante el estudio inicial del proyecto, nos encontramos con un serio problema acústico: al ser un espacio de grandes dimensiones, necesitar espacios abiertos y contar con una construcción industrial básica de partida, existía un grave problema tanto en la reverberación interior como con el aislamiento hacia el exterior. Además, se decidió sanear y mantener el pavimento existente por lo que hubo que conseguir la situación de confort mediante los paramentos verticales así como con el falso techo, donde se utilizaron materiales altamente absorbentes, forrando en última instancia los paramentos verticales con chapas metálicas onduladas y microperforadas que, sin interferir en el correcto funcionamiento acústico de la globalidad, respondían estética y morfológicamente a la idea de conjunto del proyecto.
Una vez más, se busca dar respuesta a la totalidad del proyecto de un modo directo y de fácil lectura para conseguir un espacio rotundo y jerarquizado utilizando los mínimos gestos y acabados imprescindibles, un espacio que, a lo largo de su vida útil, pueda crecer al mismo tiempo que lo hace la empresa que trabaja en él y con él.