La Nube
En la ciudad, y muy especialmente en los barrios de negocios y oficinas, las ventanas son elementos importantes. Trabajar ante una bella vista hace que nos sintamos a gusto y reconfortados. Las ventanas, son también la tarjeta de visita de las compañías y hacen presentes la actividad interior en el espacio urbano. Las ventanas son ojos que vigilan y cuidan la ciudad, el vínculo entre lo privado y lo público.
No es casualidad que el principal sistema operativo del mercado, el sistema Windows, utilice la metáfora de la ventana para desplegar y ordenar la información dentro del ordenador. Con esta metáfora los programadores pretenden que el empleo del ordenador resulte intuitivo al usuario. La información se abre y se cierra, como una ventana, haciendo que tu escritorio se conecte con diferentes calles, lugares e incluso mundos. Pero la usabilidad intuitiva no es la única ventaja de esta metáfora. También lo es la deseabilidad… quien no se sentiría privilegiado por trabajar frente al mar o con su ventana abierta a un precioso bosque. Los fondos de pantalla que Windows ofrece por defecto nos conectan con esa aspiración. El sistema Windows ha sabido utilizar las memorias positivas que el usuario asocia a las ventanas para presentar sus productos como asequibles y atractivos.
Nuestra propuesta utiliza también la metáfora de las ventanas. Parte de las soluciones funcionales y mobiliario sugeridos en el pliego se integran en elementos de carpintería que, a modo de ventanas o balcones, pueden abrirse o cerrarse contribuyendo a la versatilidad del espacio y a la asociación intuitiva a un imaginario que une el mundo digital y el mundo físico.
En diseño interior, es habitual trabajar el espacio contiguo a la ventana como una pequeña estancia para leer, en la que se dispone de una manta y se disfruta de la lectura o la conversación al tiempo que del contacto con la luz natural y las vistas. Estas escenas, que forman parte de nuestra memoria y nuestra experiencia del espacio, son las que queremos que el usuario recuerde en nuestro espacio. Queremos asociar el acceso al entorno digital con algo agradable, que el visitante puede realizar con comodidad desde su hogar.
Lamentablemente no podemos ofrecer, ni siquiera como mejora, instalar una magnífica playa o bello bosque frente al Edificio, tenemos que jugar a construir un paisaje interior que haga que la vista desde nuestras ventanas resulte agradable y memorable a quien allí trabaja o al visitante. Como nuestras ventanas se encuentran a medio camino entre lo físico y lo virtual entre estar ancladas en un muro y flotar en la red, nuestro paisaje interior quiere tener un punto imaginario, que nos vincule con la creatividad y la innovación y que haga este espacio completamente único pero al tiempo suave, agradable y relajado. Los acabados de sala y todos los elementos que incluiremos contribuirán a representar una escena en la que nuestras ventanas, parecen flotar entre las nubes. Pero trabajaremos con una imagen pixelizada de las nubes, una imagen que, de nuevo, uno lo físico y lo digital.