Obrador
Once puertas. Un patio. Un espacio de trabajo artesano. Bienvenidos al obrador.
Once puertas
Los balcones y sus puertas son símbolos de identidad del paisaje de un barrio. Ruzafa.
Encuadres ya olvidados, en cuyos cristales aún reverberan los sonidos de la vida en sus calles.
Millares de ojos que dieron al barrio su imagen continua, sufren ahora el paso del tiempo. Estas miradas, van enmudeciéndose al verse poco a poco desprovistas de sus significativas carpinterías de madera que aparecen ahora amontonadas junto a los contenedores de basura, y así junto a ellas, el carácter del barrio también se desvanece.
Un patio, un anhelo
El espacio fue vivienda y posteriormente almacén de fruta del puesto nº 57 del cercano mercado.
Hace mucho tiempo que perdió su condición habitable, y con ella su patio. Únicamente una ventana de madera con su vidrio tembloroso nos habla de la vivienda original y de su relación con el barrio.
Crear un espacio de trabajo artesano desde esta ventana.
Reconstruir el anhelado patio a partir de las propias puertas y ventanas desechadas en el barrio, para desde la realidad local, próxima y tangible, dejar volar el trabajo y las ideas hacia lugares lejanos…
Un espacio de trabajo artesano
El obrador no puede entenderse únicamente como un lugar donde se confeccionan productos. Es algo mucho más intenso.
Es un taller donde se enseña y se aprende continuamente, un lugar de experimentación, reflexión e intercambio. Es un taller donde la arquitectura se trabaja artesanalmente, en todas sus escalas, a fuego lento, con atención y con detalle.