Cabañon DLPM
Cabañón DLPM, Las Tunas, Ecuador
Presupuesto: (total) 40.000 $, (unitario) 97,5 $/m2
Superficie: 411 m2
Año: 2015-2016
Arquitectos: Juan Carlos Bamba, Ignacio de Teresa, Alejandro González
Colaboradores: Richard Guaranda, Rafael López
Delimitar
La casa, en el inicio del encargo, es únicamente un lugar en el que poder pernoctar y observar el jardín; no es ni siquiera una casa de fin de semana, por lo que puede permitirse cuestionar y explorar nuevas relaciones con la pendiente del terreno. La ubicación del proyecto empieza con la elección por parte del cliente de dos árboles, entre los que situar un observatorio desde el que controlar el crecimiento del jardín.
Mirar
El ascenso hasta el punto de observación se produce a partir de un primer dibujo del cliente en el que se situa a sí mismo en la cubierta de la casa, e insinua una rampa quebrada en tramos de diferente pendiente que se distancia poco a poco del terreno, hasta llegar a la altura idónea donde poder ver todo el jardín: un observatorio desde el que mirar, sin ser mirado. Mirar lo lejano, el mar y la montaña, conquistar el territorio; mirar lo cercano, tocar las ramas de los árboles, explorar la naturaleza.
Habitar
El plano horizontal plano es un artificio del ser humano que ha cobrado importancia en el territorio de lo doméstio hasta llegar a ser incuestionable. Sin embargo, no existe ninguna horizontal natural que podamos habitar en el planeta. La casa plantea explorar la rampa como espacio habitable, que da acceso a las superficies horizontales que soportan el programa convencional de la casa (sala, comedor, cocina, baño, cama y oficina); el resto de la rampa se convierte en un espacio indefinido, correspondiente en la escala urbana al espacio público de la calle. El programa se alinea por ello a lo largo de tres planos inclinados que prolongan la pendiente del terreno, generando varias cubiertas superpuestas. En el punto de quiebre entre planos, la rampa se agujerea para poder ser habitada.
Recorrer
El recorrido de la casa es continuo, desprovisto de barreras y repleto de atajos; sin límites, sólo planos inclinados y desplazados, que mantienen la continuidad física y visual. El espacio se comprime y se dilata, se abre y se cierra, aparece y desaparece. El suelo, como campo de juego durante la infancia, se transforma a partir de cierta edad en un terreno distante y sucio debido a su horizontalidad. La casa en rampa pretende recuperar el suelo como territorio habitable. La pendiente permite conectar visualmente con el entorno, aproxima el suelo al adulto, y lo invita a sentarse en él, a quitarse los zapatos y tomar medida a la gravedad. La inclinación de cada tramo cambia ligeramente para adaptarse al programa que contiene.
Construir
Una estructura de caña guadua envuelve el núcleo central de ladrillo a modo de andamiaje. El desarrollo en rampa de la estructura permite a su vez la triangulación de la misma, simplificandola y reduciendo el costo de construcción del proyecto a menos de 100 $/m2. La flexibilidad y ligereza de la caña, el velo del policarbonato, los reflejos del vidrio, la contención del hormigón, el tacto del ladrillo, la seguridad de la malla, y la permanencia de la piedra, colaboran en la construcción de un volumen cuya calidad está medida principalmente en cantidad de espacio generado.