Casa de los tamices
El proyecto se desarrolla en un lote de frente al sur y con jardín en el centro de la manzana.
La parcela se ubica próxima a la avenida Rivadavia, eje principal de la ciudad y, a esta altura, una zona caracterizada por escuelas y comercios durante el día y por locales de entretenimiento por la noche.
El edificio del antiguo cine, que se erige como referencia sobre el tejido, linda por su fondo con el solar ofreciéndole la medianera de doce metros de altura sobre la que el jardín trepó con una enredadera que redefina sus límites.
En la casa, sobre la calle, una serie de tamices suavizan la luz y los vientos y filtran ruidos y visuales mediando la relación con el espacio público.
Los tamices, hechos de ladrillo, se elevan hasta la altura de la última cubierta materializando
los límites del patio que establece una relación de escalas con el antiguo cine.
Dentro del patio, el volumen suspendido de la escalera-estudio cualifica el espacio organizando accesos y proponiendo el recorrido del vacío desde el interior.
La relación del volumen con el perímetro de tamices virtualiza una sucesión de lugares dentro
del espacio continuo del patio que se comunica con el jardín a través del semicubierto pasante.
El esqueleto de perfiles normalizados compuestos enmarca tamices y muros y soporta los forjados premoldeados.
Los tamices se continúan en los muros medianeros y reaparecen sobre el jardín, en los laterales de la recova y la terraza, conformando una envolvente continua con variaciones de
densidad.
Ya dentro de la envolvente de ladrillos, el sistema de aberturas y panelería de contrachapados de madera resuelve simultáneamente divisiones interiores, mobiliarios y estructura de la cubierta superior y da cierre al interior sobre el jardín y el patio delantero.