Biblioteca ‘Dipòsit de les Aigües’
La construcción del Dipòsit de les Aigües data del 1874 por parte del maestro de obras Josep Fontserè, pero no fue hasta 1880 cuando se inauguró como depósito de las aguas, con la función de regular el caudal de agua de la cascada del parque de la Ciutadella y de regar sus jardines. Un entonces joven estudiante de arquitectura, Antoni Gaudí, hizo el cálculo estático del conjunto del depósito y de los elementos de apoyo. Se trata de una construcción calcada de un prototipo romano, formada por grandes muros de fábrica de ladrillo de 1 metro de grosor y 14 metros de altura, que se cruzan con bóvedas de cañón y que se extienden como por efecto de un espejo a lo largo de 65 metros de profundidad, con una gran cisterna en la cubierta.
Tras más de cien años de usos diversos –asilo municipal, almacén de los bomberos, vestuario y parque móvil de la Guardia Urbana, archivo de justicia…–pasó a ser propiedad de la UPF en 1992. Las obras de rehabilitación del Depósito de las Aguas se iniciaron el año 1993, a cargo de los arquitectos Lluís Clotet e Ignacio Paricio. El depósito se unió mediante un paso subterráneo con el edificio Jaume I, pero no sería hasta 1999 cuando comenzó a funcionar como Biblioteca General de la Universidad. El espacio interior es abrumador. Un lugar silencioso capaz de aislarte del exterior en una atmósfera mágica. La respetuosa intervención de Clotet y Paricio utilizando elementos prefabricados para la formación de los forjados intermedios, hace que todo se pueda volver a sacar y dejarlo tal y como estaba. Estos nuevos niveles favorecen la aparición de lugares de lectura muy diferentes unos a otros. Se originan espacios con alturas de escasos 2 metros y pico, hasta otros de más de 12 metros bajo las bóvedas, permitiendo a cada persona ubicarse según su temperamento.
En el año 2009 se le concedió el Premio Década, otorgado por la Fundación Oscar Tusquets, que premia la mejor obra arquitectónica edificada en Barcelona, al cabo de 10 años de su ejecución.