Bodega Tandem - Tandem vinery
Recibimos el encargo para la realización de una bodega de nueva creación. Los promotores aún no disponían de ninguna parcela, únicamente deseaban que se encontrara dentro del valle de Yerri (Navarra), una zona cuya climatología y características edafológicas permitían disponer de los viñedos adecuados para crear un vino de calidad lleno de personalidad propia. El encargo se complementó con la imagen gráfica de la marca y los productos que nosotros mismos realizamos.
En estrecha colaboración con nuestra oficina comenzamos a buscar una parcela que tuviera las condiciones de orientación y topografía más adecuadas para la consecución de los objetivos fundamentales del proyecto vitivinícola: por un lado evitar la climatización artificial de las salas de elaboración y envejecimiento, y por otro que la propia concepción del edificio permitiera “llevar la uva por gravedad”, prescindiendo de la utilización de bombas mecánicas y que el personal requerido para el proceso fuera el mínimo posible.
Encontramos un terreno con pendiente natural decreciente hacia el norte, con vistas hacia los viñedos de la zona y por la que atraviesa en su parte inferior el Camino de Santiago, ruta de peregrinación por donde en el siglo XII miles de peregrinos de toda Europa, dirigen sus pasos hacia el fin del mundo conocido. Hoy en día el tránsito de estos sigue siendo muy frecuente. 45.000 personas pasaron en 2007 convirtiéndose en la mayor ruta de peregrinación del mundo.
Con esas premisas se concibe un edificio que pretende adaptarse al máximo a las condiciones naturales del terreno, evitando modificaciones artificiales de la topografía existente. Este se concreta en la ordenación de dos volúmenes básicos, uno bajo la rasante del terreno y otro que descansa sobre este. El edificio se plantea con gran rotundidad volumétrica sin renunciar a su voluntad de hito en el paisaje. El aspecto exterior del edificio queda definido por el paralelepípedo de la nave de elaboración que mira al Norte a través de un gran lucernario, que por la noche se convierte en una referencia del Camino, como lo eran en otros tiempos las antorchas de las iglesias para atraer a los peregrinos.
El programa se organiza en dos plantas más una entreplanta.
En la baja (nivel -2) se desarrollan la mayor parte de las actividades propias de la bodega: nave de elaboración, lavado de barricas, embotellado, salas de barricas y botellero, almacén de materiales y almacén de producto terminado, junto al muelle de carga y el acceso independiente de vehículos pesados. La relación entre todas estas salas es directa, sin obstáculos en suelo ni cambios de nivel.
En la entreplanta (nivel -1) encontramos las dependencias destinadas al personal, aseos y vestuarios junto con el laboratorio. La ubicación de éste es muy importante. Dispone de acceso directo a la nave de elaboración y conexión visual con la nave de embotellado y con el patio que separa las naves de barricas y jaulones. Para reforzar la posición de epicentro del laboratorio dentro de esta bodega, la sala de catas se incorpora a éste destinando una zona del laboratorio a tal efecto, todo ello en continuidad con la zona de trabajo de la enóloga.
La planta de acceso (nivel 0) acoge el control, la zona administrativa, y un área destinada a eventos gastronómicos por parte de los socios, todo ello ubicado en un alargado pabellón de aspecto liviano, cuyo cerramiento está formado enteramente de vidrio, que dialoga con la superficie pétrea que le antecede y el paisaje. Por uno de sus extremos se accede al volumen principal de la edificación que en esta planta funciona como vestíbulo de recepción al visitante donde puede gozar de las vistas del valle o bien comenzar su visita a las instalaciones sin perder de vista la perspectiva interior de la nave de elaboración y patio de barricas.
El resto de instalaciones se completan con la zona de vendimia, ubicada en el extremo sur de la nave de elaboración y con acceso directo desde el exterior.
El edificio consta de cubierta plana ya que la actividad requiere una altura libre constante.
La fachada del volumen soterrado deja ver su composición estructural, formada mediante muros de hormigón visto. Su ubicación y el espesor de estos dotan a las naves de envejecimiento de una gran inercia térmica que garantiza una temperatura apropiada y constante. Las grandes luces se resuelven mediante un forjado alveolar de gran canto. Los paramentos verticales del volumen principal que se encuentra sobre este están formados por una combinación de muros de hormigón revestidos exteriormente mediante traviesas de tren simuladas que permiten crear una cámara ventilada que rebaje la temperatura de la cara exterior del muro de hormigón respecto a la que se verá sometido este volumen cuando reciba, fundamentalmente en los meses estivales, soleamiento directo.