Casas 2C
En el campo de la ribera, como en muchos otros, hileras serpenteantes de chopos suelen acompañar a los cauces de ríos y acequias. A lo lejos, se detecta el cauce por esas hileras sinuosas: es un gesto que la naturaleza ofrece como signo de vida en un entorno árido y seco. Este pueblo de la ribera, está ensartado por el omnipresente cañete, riachuelo serpenteante que aparece y desaparece en cada esquina.
El encargo de tres casas, para tres diferentes clientes, propone una reflexión acerca de la unidad y la diversidad, de la imagen de la individualidad y el conjunto.
La parcela –también atravesada por el cañete- situada en la nueva línea de expansión del pueblo, tiene un desnivel hacia el sur…ocasión que se aprovecha para organizar una casa protegida del norte y abierta al sol.
Las casas proponen una imagen cambiante provocada por la geometría quebrada de la fachada y por el movimiento vertical de las celosías que ofrecen una lectura serpenteante similar a las hileras de chopos.
La estrategia constructiva se basa en excavar, contener el terreno mediante un muro longitudinal e introducir una caja de vidrio que va adquiriendo el tamaño de los usos que cada cliente requiere. Entre el terreno y la caja de vidrio se liberan pequeños patios que actúan como pequeñas burbujas de aire y luz. Sobre el zócalo zig-zagueante de vidrio se apoyan pequeños volúmenes destinados a garajes y estudios.