Centro Medialab-Prado. Madrid, Spain
Adaptation of the Serrería Belga for the Centro Medialab-Prado
Perhaps more than anything else, it is the very strangeness of the diverging intentions found in the La Serrería Belga adaptation project for the Medialab-Prado that makes it possible for them to coexist, though not without a certain measure of irony.
The first of these caustic coexistences stems from a certain institutional schizophrenia. While the 'Paseo del Arte' was transformed into Madrid City Hall's banner to attract international tourism, an architectural competition was simultaneously promoted in the same area, which would end up serving an institution that sponsored debates that were deeply critical of this model. Medialab defines itself as “a space for the production, research and dissemination of digital culture and the confluence between art, science, technology and society”, and, in contrast to the traditional exhibition model, it promotes production as a permeable process, supplanting the figure of the spectator with that of the actor, or the figure of the mediator as a facilitator of connections.
La Serrería vs La Cosa is another pattern of coexistence that, like a conflicting dialect, facilitated the occupation of the intermediate space existing between both rivals, beyond the conventional concept of restoration. La Serrería Belga (The Belgian Sawmill) was built in various stages starting in the 1920’s by the architect Manuel Álvarez Naya and it was one of the first architectural achievements in Madrid to employ reinforced concrete. For its part, La Cosa (The Thing), is the name that we have used to refer to the group of mechanisms, installations and facilities that, when assembled, made it possible to bring the building up to date with current requirements. A light and articulated structure with a certain pre-technological air that, infiltrated in the building, enables a large potential for transformation. Ultimately, it is the coexistence of opposites that made it possible to think of the halfway point between these interlocutors not as a consummate product, but rather as an open, versatile process activated by its users.
These forms of coexistence created the scope for some of the strategies used in this adaptation:
- The appropriation of the existing building, not only as a historic narration, but also as a container for latent energies that have joined the project as effective material. Any duplication or incorporation of elements or solutions that had already been contributed by the Serrería building was avoided.
- The non-specific treatment of the spaces. This condition resulted in a homogenous approach to material solutions and the uniform distribution of installations.
- Thinking about the action as a stratification with different levels of change over time. Lightweight construction systems that can be disassembled were chosen, as were materials whose durability and adaptability will not condition future transformations.
- Looking at each new intervention as an opportunity to incorporate support systems for creative actions and research. This included solutions such as the use of double blinds as projection screens, taking advantage of voids in the existing structure to create a retro-projected floor, the use of the dividing wall as a digital facade and the design of La Cosa as a mechanism for digital experimentation.
Quizá la extrañeza, más que otras cosas, hace posible que las diversas voluntades que constituyen el proyecto de adaptación de la Serrería Belga para Medialab-Prado coexistan, no sin cierta ironía.
La primera de estas caústicas convivencias es la que nace de una cierta esquizofrenia institucional. A la vez que el Paseo del Arte se convertía en el titulo del relato con el que el Ayuntamiento de Madrid pretendía atraer a un turismo global, el Área de las Artes promovía, en el mismo lugar, un concurso de arquitectura que acabaría siendo para una institución que auspiciaba debates profundamente críticos con ese modelo. Medialab autodefinida como “un espacio orientado a la producción, investigación y difusión de la cultura digital y del ámbito de confluencia entre arte, ciencia, tecnología y sociedad” promueve, frente al modelo tradicional de exhibición, la producción como proceso permeable, el desplazamiento de la figura del espectador al de actante o la figura del mediador como facilitador de conexiones.
La Serrería vs La Cosa es otro formato de coexistencia que, a modo de combate dialéctico, ha permitido habitar más allá del concepto convencional de rehabilitación el espacio intermedio que quedaba entre ambos contrincantes. La Serrería Belga fue construida en varias fases desde los años 20 del siglo pasado por el arquitecto Manuel Álvarez Naya y es una de las primeras arquitecturas madrileñas en las que se empleaba el hormigón armado . La Cosa, por su parte, es el nombre que nos ha facilitado referirnos a ese conjunto de dispositivos, instalaciones y comunicaciones que agrupados permiten actualizar el edificio a los requerimientos actuales. Un ente ligero y articulado, con un cierto aire pretecnológico, que infiltrado en el edificio permite una amplia capacidad de transformación. En definitiva, una coexistencia de contrarios que ha permitido pensar la región intermedia entre interlocutores no como un producto consumado sino como un proceso abierto, versátil y activado por los usuarios.
Estos modos de coexistencia abren campo a algunas de las estrategias utilizadas en la adaptación:
- La apropiación del edificio existente no solo como narración histórica sino también como contenedor de energías latentes que se han incorporado al proyecto como material efectivo. Se ha evitado duplicar o incorporar soluciones o propiedades que ya fueran aportadas por el edificio de la Serrería.
-El tratamiento no específico de los espacios. Esta condición ha derivado en un tratamiento homogéneo de las soluciones materiales o la distribución uniforme de los sistemas de instalaciones.
-Pensar la actuación como una estratificación con diferentes niveles de cambio en el tiempo. Se han elegido sistemas de construcción ligeros y desmontables, así como materiales que por su durabilidad y por su capacidad de ser modificados no condicionen futuras transformaciones.
-Enfocar cada nueva intervención como una oportunidad para incorporar soportes para la acción e investigación de creadores. Entre ellos están la solución de dobles estores como pantallas de proyección, el aprovechamiento de huecos en la estructura existente para crear un suelo retroproyectado, la utilización de la medianera como fachada digital o el diseño de La Cosa como un dispositivo de experimentación digital.