Reordenación del ámbito de la Puerta del Sol
La Puerta del Sol es un espacio que podríamos calificar de discreto como toda la arquitectura de la época isabelina que ha definido buena parte del Madrid del s.XIX. No tendría sentido por eso entenderlo como monumental, contraviniendo criterios propios del Madrid de la época, pero tampoco corresponde por esta razón introducir en la plaza un diseño contemporáneo si este carece de referencia a la arquitectura existente. Tampoco entendemos que en aras de lograr un espacio urbano de carácter participativo, se pretenda generar un lugar caótico lleno de objetos o carente de referencias. Entendemos que este tipo de planteamientos desvirtúan los valores de un espacio arquitectónico ya conformado que puede y debe ser puesto en valor.
Nos parece, por otra parte, absolutamente gratuito y demagógico plantear un espacio “cambiante” para, supuestamente, adaptarlo mejor a diferentes usos escapando así de cualquier definición concreta del espacio.
Creemos que por el contrario lo que se debe buscar es una plaza capaz de admitir usos cambiantes sin modificar sustancialmente su diseño cada vez, pues es algo que ya se ha producido con demasiada frecuencia en los últimos tiempos y los resultados están a la vista. Para ello se deben fijar la geometría y los elementos básicos de la plaza, permitiendo la máxima flexibilidad en el uso de la misma. Por eso proponemos esencialmente recuperar el espacio que ahora está degradado y falto de sentido sin añadir nada sustancialmente nuevo que lo desvirtúe, sino eliminando todos los elementos que contribuyen a su degradación.
Por otra parte y tratándose de proyectar un gran foro urbano se debe realizar un proyecto muy claro y esencial, sin concesiones al diseño mal entendido, y al mismo tiempo medido y posibilista.
Para ello pretendemos:
- recuperar la arquitectura de la plaza resultante de la reforma del s.XIX como un espacio en el que predomine el vacío pero sin renunciar a introducir los elementos esenciales para su función en cuanto espacio público, tales como las zonas estanciales y los kioscos o las salidas del metro, que se han convertido ya en imprescindibles, aunque reagrupándolos estratégicamente.
Planteamos así mismo unificar los bajos comerciales con el fin de recuperar la arquitectura isabelina original.
- reforzar su carácter representativo en el contexto de la ciudad e incluso en el de su referencia desde el exterior, para lo cual resulta fundamental reordenar y regularizar la geometría del espacio pero evitando cualquier tipo de monumentalismo sino reforzando su lenguaje contemporáneo.
- tampoco entendemos que se debe destinar la plaza a fines puramente lúdicos, llenándolo de episodios más o menos “a la moda”, sino que se debe pensar en la pluralidad de usos pero sin introducir todos aquellos nuevos objetos que vuelvan a llenar el espacio o a desvirtuarlo.
- proponemos, por otra parte, mejorar la iluminación (ver perspectiva) tanto en las fachadas de los edificios como en el centro de la plaza y en los monumentos, algo que consideramos esencial dado el uso que la plaza tiene por la noche en determinadas ocasiones.
- consideramos que tampoco es el momento de entrar en la escala de diseño del mobiliario urbano, pues se trata de un concurso de ideas y ahora resulta prioritario ordenar el espacio. Pero en ningún caso dicho mobiliario deberá de tener un protagonismo ya que lo que se pretende por encima de todo es valorar el espacio, más allá de los elementos que lo ocupan e introducir para ello el menor número de elementos posibles.
- para dignificar la plaza y hacerla más accesible al ciudadano proponemos también completar en lo posible la peatonalización: -suprimiendo el tráfico en el tramo de la calle de Alcalá entre la Puerta del Sol y la calle Sevilla.
-regularizando el tráfico hasta hacerlo convivencial con los peatones en el eje E-O, es decir el que atraviesa la plaza desde la calle Mayor en dirección a la Carrera de San Jerónimo. - en definitiva, se trata de hacer que la plaza sea más vacía, clara y unitaria y en la que todos los elementos refuercen la forma del espacio. Un espacio de carácter abiertamente contemporáneo y flexible para todo tipo de funciones. Dice en ese sentido Kevin Lynch: “Una ciudad muy imaginable (evidente, legible o visible) parecería en ese sentido específico, bien formada, nítida, notable…pauta de gran continuidad, con muchas partes diferenciadas y nítidamente vinculadas entre sí”.