Mercado Municipal de Atarazanas
La obra de rehabilitación, ahora finalizada, es fruto de un concurso de ámbito nacional organizado por el Ministerio de Fomento en el año 2000.
Se trata de una operación de rehabilitación y recuperación del antiguo Mercado Central de Abastos de Atarazanas, así como una operación de sustitución de los puestos de venta existentes, al no reunir estos las condiciones necesarias exigibles en la actualidad. Se trata de un edificio singular, en estructura de hierro, de finales del siglo XIX, con el espacio comercial situado en planta baja, a nivel de calle, estructurado en tres áreas específicas para la comercialización, respectivamente, de productos hortofrutícolas, pescados y carnes.
El proyecto se marca como objetivo recuperar el diseño original del antiguo Mercado de Atarazanas bajo el trazado del arquitecto Rucoba, realzando su carácter y monumentalidad arquitectónica.
Las intervenciones desarrolladas en el proyecto se dividen en primer lugar en operaciones que afectan al edificio como tal y en su calidad representativa, es decir se proyectan con independencia de cuál sea la solución de distribución y diseño de puestos a plantear, y en segundo lugar, operaciones centradas en la descripción del diseño, distribución y dotación de los puestos de venta a construir de nuevo.
Con el fin de recuperar el esquema original del edificio, se lleva a cabo la demolición de todos aquellos añadidos posteriores, que impedían la perfecta lectura del edificio, tal es el caso de las cubiertas de fibrocemento, los falsos techos planos o de la entreplanta central añadida en 1973, en la que se situaba la cafetería y servicios que, sin añadir utilidad práctica y oferta comercial, distorsionaba la perspectiva, airosidad y belleza de la construcción. Su demolición permite recuperar el gran espacio central y la conexión visual del gran eje de la Puerta de las Atarazanas y la gran vidriera, un espacio en una sola planta sin ningún tipo de barrera arquitectónica y con los puestos del Mercado como objetos introducidos en el gran contenedor.
De esta forma se recupera la idea original del Proyecto de Rucoba y que se estima la más coherente y funcional, así como lógica, para el perfecto funcionamiento y entendimiento del edificio.
La rehabilitación del Mercado, busca el respeto integral a la concepción arquitectónica y espacial del edificio existente, y su actuación fundamental es la de diseñar una organización formal y espacial de los puestos que permita la visión del gran espacio del Mercado, al tiempo que facilite una adecuación del conjunto a las necesidades actuales, de forma que se aclaren y potencien las circulaciones del usuario mediante la unidad espacial interior-exterior, eliminando cualquier barrera arquitectónica. De igual manera, con el fin de concebir un espacio lo más adecuado posible, se ha generado un nuevo sistema de instalaciones centralizado en las calles del mercado que permite la limpieza y mantenimiento del conjunto del Mercado en ideales condiciones de salubridad e higiene.
La concepción del plano de puestos toma como referencia el espacio taller de escultura de Donald Judd, una gran estructura industrial que alberga una secuencia de mesas sobre las que se depositan series de cajas escultóricas de colores básicos. Se han construido con estructura metálica panelada en su interior con chapa ondulada y en su exterior con series de cajas de colores básicos. En el diseño se pretende crear una estructura de puestos que desarrolla una secuencia de prismas cromáticos que establezcan un plano horizontal de nueva construcción con lenguaje contemporáneo que se diferencie, pero a la vez dialogue, con la estructura histórica del Mercado.
Esta nueva estructura de puestos incluye su equipamiento para así resolver la inserción de cámaras frigoríficas, mostradores, estantes, instalaciones de acondicionamiento y rotulaciones sin alterar la idea de homogeneidad compositiva y funcional del conjunto.