Centro de Interpretación en Sabayes
Nueno es un municipio de la provincia de Huesca, situado a 16 km al norte de la capital, que presenta una notable complejidad: el término municipal incluye 7 núcleos; su superficie es de 14.724 hectáreas con una altitud que varía de los 600mts a los 1600mts; se extiende desde la Hoya de Huesca hasta las primeras estribaciones de la sierra de Guara; e incluye accidentes geográficos tan relevantes como el Salto de Roldan o el embalse de Santa María de Belsué.
El reciente desarrollo del nuevo Plan General y los trabajos preparatorios del libro de próxima publicación “La senda entre los bojes”, sobre su variado territorio, han llevado al Ayuntamiento a decidirse a mostrar todo este conocimiento a los numerosos visitantes que se acercan a Nueno para recorrer sus sendas o visitar sus Bienes de Interés Cultural. Se trata, en resumidas cuentas, de plantear una mirada global sobre el paisaje natural y cultural del conjunto del municipio.
El solar elegido para la intervención se sitúa junto a la pedanía de Sabayés, por su situación elevada y su céntrica posición entre la mayoría de núcleos del municipio. El campo sobre el que se ha trabajado se encuentra junto a la ermita de la Virgen del Patrocinio a los pies del Salto de Roldan.
Presenta una ligera pendiente hacia el sur y, desde el mismo se avistan no sólo los núcleos de Sabayés , Arascués y Santa Eulalia, sino también el pico de Guara, el de Gratal, la Hoya de Huesca y, por supuesto, el Salto de Roldán.
Por tanto, no sólo las vistas directas sobre el entorno hacen de este emplazamiento el enclave idóneo sino, principalmente la sensación de estar en el centro vital del municipio, vinculado al llano pero también a la sierra. Pese a la dimensión del territorio del que estamos hablando nadie tuvo ninguna duda de lo acertado del solar elegido.
El programa de la intervención se articula en dos partes: por un lado el edificio, que ha de albergar los contenidos expositivos y, por otro, un jardín, vinculado al primero, en el que se prevé recrear los distintos ecosistemas del municipio. En una primera fase se ha construido el edificio, y para finales del año 2012 estará terminado el jardín. La voluntad del Ayuntamiento es hacer de este entorno algo más que un Centro de interpretación: algo dinámico, vinculado a la pedagogía, al trabajo intelectual, a la investigación y al pensamiento. Por tanto, los contenidos del edificio irán cambiando, al igual que la vegetación del jardín, con el paso de las estaciones. Un territorio tan complejo y rico merece no sólo ser observado y paseado, sino también trabajado e investigado.
Aunque la escala del proyecto es reducida, trabajar en un entorno tan complejo exige prestar atención a muchos matices para intentar entablar un diálogo con el territorio en su conjunto, con todos sus elementos. En un primer momento, recordé las palabras de Rafael Moneo cuando acababa de recibir el encargo del CDAN. Fundación Beulas, en Huesca: “Las obras de arquitectura se resisten a la soledad, y el asumirla, cuando no hay otro remedio, es una de las más arduas tareas profesionales con las que un arquitecto puede encontrarse. Cuando esto ocurre, como es el caso de CDAN, la alusión al medio, a la geografía en la que se instalan, da siempre un cierto respiro”.
La ermita situada en el linde norte del emplazamiento estuvo presente en el proyecto desde los primeros croquis pero fue la obligada alusión al medio la que acabo forjando su personalidad. Nuestro centro de interpretación se plantea como un volumen similar al de la ermita mientras, el tamaño de los huecos y el gunitado con hormigón tintado de todas las caras lo convierten, frente a esta, en un volumen abstracto, una roca desprendida del Salto del Roldan a la que el paso del tiempo y la acción del hombre han dado forma. De este modo, el diálogo volumétrico con la ermita y matérico con el territorio le permiten relacionarse a todos los niveles con su entorno.
Los materiales elegidos, como el hormigón tintado gunitado o el acero cortén, establecen un segundo nivel de relación con el paisaje, en tanto en cuanto su cambio con el paso del tiempo será muy pronto evidente. Las diferentes orientaciones o exposición a los fenómenos meteorológicos dibujarán un edificio cambiante y lleno de matices.
El interior se presenta como un espacio único en el que la geometría de los planos de techo se ajusta para componer un gran lucernario, en el que los planos no llegan a tocar las paredes. El encuentro del mismo con los planos verticales se articula a través de líneas de iluminación artificial.
En la parte baja, en un paño de pared vertical continua hasta la cota 2,40, se reserva la superficie para los contenidos expositivos, las aperturas al exterior o las cajas de madera encargadas de alojar el aseo, armarios o instalaciones. Así, al desmaterializar el conjunto de los planos del techo y concentrar los espacios expositivos en la base de las paredes, se pretende concentrar la atención sobre los contenidos, ensalzando la iluminación natural y, sobre todo, enriqueciendo la experiencia espacial del visitante.
Las cuatro aperturas que perforan y emergen de la piel rocosa de hormigón se conciben como cajas de corten a modo de umbrales, balcón o lucernario, en función de la orientación que les corresponda. El diálogo del interior del edificio con su entorno se producirá por tanto de maneras muy distintas, a través de la luz, las vistas o los recorridos activos.