En lo alto de la colina el Jardín Arqueológico de los Alixares recupera el único resto del antiguo Palacio, el perímetro de la Alberca central. Un gran vaso de acero cortén reproduce esa lámina de agua en una intervención sensible a los restos que han llegado a nuestros días: piedras aisladas y árboles silvestres.
A su nivel una plataforma de madera recupera un lugar para mirar y disfrutar del silencio, de la paz y la contemplación de las cumbres de Sierra Nevada.
Rodeado de muros – columbarios, hacia el exterior la plataforma – el Mirador domina las vistas y vela la vista sobre el Cementerio mediante celosías de acero cortén perforados con los textos que recuperan los testimonios escritos de lo que debió de ser aquel magnifico lugar.
Al final del sendero, en lo mas alto de la colina, las vistas quedaban cegadas por muros – columbario que alcanzaban siete niveles de enterramientos. Estos se han podido reducir en altura y abrir las Ventanas, grandes huecos recercados y flanqueados por postigos, también de acero cortén, que permiten que la vista se pierda hacia el infinito por la Vega de Granada, además de inundar de Sol este maravilloso lugar, cargado de conmovedoras connotaciones.