Cubrición para el patio de la Escuela Municipal Infantil de La Herradura
Pieza de puzzle
A final de curso, azarosamente, contactan con nosotros para informar sobre el estado de la marquesina perimetral de hormigón armado del patio de la escuela infantil municipal en La Herradura. Una vez en el centro constatamos las grietas y fisuras de la disociación entre hormigón y acero. Coincidimos en el patio con los responsables municipales y la dirección del centro. Era uno de esos tantos días calurosos y luminosos propios de nuestra latitud. Aprovechamos la ocasión para plantear, a las partes implicadas, una reforma más allá de la pasivación de las armaduras y posterior recubrimiento con resinas y morteros especiales del insuficiente alero existente. La convicción sobre la necesidad de sombrear en Canarias es tan evidente que la propuesta fue bien acogida. Mejorar ese espacio vital para la escuela se torna tan necesario como impedir la caída de cascotes. Así, calentándonos las cabezas bajo en sol implacable, cada parte expone sus condiciones: la dirección exige realizar la reforma en dos meses, para interferir el mínimo en la cotidianeidad de los padres; el ayuntamiento limita el presupuesto a cincuentamil euros; nosotros aceptamos en reto de generar sombra y protección para los juegos de los niños en el espacio central de 18 x 18m. La forma creada dibuja la envolvente exterior de los recorridos más directos entre aulas y accesos. La resultante es esta especie de pieza de puzzle, encajada sobre el edificio preexistente con el máximo respeto, casi sin tocarlo. Deja pasar la luz natural por todo el perímetro evitando un excesivo soleamiento en las horas de juego al exterior, y permite la ventilación de las aulas a las que sirve sin recibir las radiaciones que las calientan demasiado. Así, desde el interior, la cubierta muestra la apariencia de levedad pese a los sesenta metros cúbicos de hormigón armado que contiene, con un canto variable de 30 a 20 cm. La cubierta queda colgada para dejar el patio libre de obstáculos, minimizando el número de pilares. Estos apoyos metálicos, perfiles circulares de 114 mm • 5,4 mm de sección, se colorean como un bosquecillo, jugando cromáticamente con las paredes envolventes. La losa-cubierta se ancla a la fábrica preexistente con perfiles metálicos HEB-120 que atirantan el perímetro y su área de influencia. Este plano suspendido cambia el carácter del espacio que cubre. El resultado consigue una visión expresiva y unitaria del conjunto que permite controlar el soleamiento, la iluminación, el agua de lluvia, la intimidad de las aulas, y la protección del espacio central de esta escuela.
Al final, se ha conseguido materializar la propuesta respetando las condiciones de partida. Los implicados y usuarios hemos quedado a-sombr[e]ados.