Casal de la Juventud de Novelda
El Casal de la Juventud surge de la reflexión sobre la recuperación de construcciones
antiguas y su adaptación a las necesidades contemporáneas. El respeto a los edificios
que han sido escenario de la vida de nuestro mayores, junto a los avances técnicos de
nuestra era, establecen aquí un dialogo de lenguajes, que colaboran para prolongar el
proceso vital. Pasado y presente, lejos de ser elementos antagonistas se convierten en
socios respetuosos luchando por un mismo fin: la arquitectura viva y coherente con su tiempo. En este sentido el Casal de la Juventud se reinventa, se dinamiza, estableciendo un dialogo entre cada estadio de su evolución.
La vida se abre paso, en este caso, generando un nuevo envoltorio capaz de equipar al edificio con nuevas tecnologías y servicios; materializándose en un volumen aéreo, que proyectado sobre la plaza, logra apropiarse de la ciudad y disfrutar de sus paisajes, introduciéndolos en sus lugares comunes.
La plaza se plantea como centro neurálgico de la actividad social de Novelda. Se trata de
un sistema inconcluso, que traza espacios duros funcionando como nervios comunicantes que delimitan otros espacios blandos, capaces de adaptarse y relacionarse con lo que está sucediendo dentro del edificio.
La actuación se concreta en un edificio que conserva su identidad a la vez que rasga sus
muros y rompe el antiguo patio para crear espacios dinámicos que se crucen entre ellos favoreciendo zonas interiores que inviten a la cultura y tranquilidad y otras exteriores que amplíen las posibilidades de intercambio social.
El programa del Casal de la Joventut no se adapta a ninguna definición genérica de lo que conocemos como equipamiento, sino que responde a un contexto social, físico y económico específico, por lo que, este edificio no tendría sentido en ningún otro lugar.
Las necesidades a las que responde se establecieron en una encuesta pública, dentro
de un programa denominado “Presupuestos Participativos”, que es una iniciativa del
Ayuntamiento de Novelda, para averiguar cuales son las necesidades reales de la población. El edificio se configura a partir de la confluencia de una oportunidad, una demanda y la posibilidad de beneficiarse de las ayudas del Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo (Plan E).
Oportunidad: el hecho de disponer de un lugar físico, una edificación que ha quedado obsoleta (antiguo colegio Jorge Juan) y un espacio libre, dentro de una estructura urbana de manzana compacta, lo que posibilita la creación de un nuevo espacio público, vinculado a un equipamiento cultural y unas actividades colectivas específicas.
Demanda: la demanda se enfoca a grupos sociales, determinados por su edad, que no tienen un lugar físico para realizar actividades culturales o de ocio, de forma orientada o controlada. Por una parte, el grupo de preadolescentes (<12 años), cuyos padres quieren que salgan de su casa y, por otra, el grupo de adolescentes (12-20 años) a los
que se pretende ofrecer la infraestructura que posibilite su organización para poder llevar a cabo actividades culturales, que ha generado el Hotel de Actividades.