En 1987, en la población de Galve, provincia de Teruel, el grupo de investigación formado por Sanz, Buscalioni, Casanovas y Santafé desenterraron y catalogaron los restos del “Aragosaurus ischiaticus”, el primer dinosaurio descubierto en la península ibérica.
El subsuelo de Teruel, convertido en reclamo turístico por parques temáticos como Dinópolis, está por lo tanto cargado de hallazgos que recuerdan la existencia de una agitada vida en los orígenes de la provincia, por lo que no resulta sorprendente que se vuelva a sus profundidades para intentar reactivarla.
Ante la existencia del mercado obsoleto y casi abandonado que ocupaba la antes casi inexistente plaza de Domingo Gascón (eso sí, con estatua conmemorativa), se decide demoler la antigua estructura (tipológicamente excluyente a nuevos usos) e introducir bajo tierra un gran volumen de actividades de ocio joven, que dinamice y potencie la actividad de Teruel, a la vez que recupera lo que anteriormente al mercado fue una gran plaza pública. El proyecto de espacio público y centro de ocio adquiere la expresión de un Godzilla (monstruo ficticio japonés con forma de dinosaurio mutante) enterrado: un poderoso elemento telúrico de expresión contemporánea y pop.
El gran volumen enterrado empuja la superficie de la tierra fragmentándola, produciendo de esta manera una nueva topografía urbana. Las estrategias de enterramiento y camuflaje (que ya el monstruo utilizaba para disimular la diferencia de escala con su realidad circundante) permiten generar un gran equipamiento público (interior y exterior) sin dislocar el tejido urbano del casco histórico de la ciudad en que se inserta. De esta manera, los visitantes ocuparán su superficie, convertida en plaza pública, y descenderán entre los estratos, entretenidos con actividades de encuentro, deporte y diversión.
El nuevo programa y su manifestación contemporánea evidencian nuevas formas de dialogo urbano, especialmente en una ciudad donde la historia ha ocupado un espacio tan importante. En el descubrimiento de nuevas posibilidades de expresión y en su atrevida apropiación es donde entendemos que reside su potencial de supervivencia.
Este experimento tipológico investiga en los límites de las posibilidades estructurales y de las normativas técnicas para explorar prototipos arquitectónicos que generen nuevas maneras de densificar la ciudad, donde la puesta en valor de lo público se alinee con el optimismo, el empoderamiento ciudadano, la revitalización de tejidos históricos y la intensidad de la vida urbana.