House of Prayer and Learning at Petriplatz in Berlin-Mitte
La primera, el lugar. La destrucción del Berlín histórico se centró particularmente en la antigua Cölln de la que no quedó prácticamente nada, con excepciones como las ruinas de la iglesia neogótica que se situaba en el solar.
La segunda el programa: Crear un prototipo de un espacio para las tres religiones monoteístas, símbolo de convivencia religiosa y cultural.
El nuevo edificio se plantea como la suma de espacios de culto en torno a un espacio común.
El espacio vacío central es el núcleo del proyecto y símbolo de la unidad esencial de los tres credos en torno al Dios Único. Es un espacio eminentemente vertical, símbolo de la elevación del espíritu.
Se pretende que cada uno de los espacios templarios conserven su identidad, mediante un lenguaje arquitectónico de simplicidad y modernidad, pero centrado en elementos y figuras reconocibles.
Se valoran las ruinas de la antigua iglesia como parte del proyecto, obteniendo un equilibrio entre lo nuevo y lo antiguo. Se evidencia su presencia interior y exteriormente, mostrándose la silueta de la planta neogótica.
El nuevo edificio es también instrumento de regeneración urbana, recuperando la escala de la antigua ciudad destruida gracias a su fragmentación volumétrica, en contraposición al gigantismo de los de la etapa comunista.
La nueva torre se proyecta proporcionada a esa escala recuperada y en la línea de las antiguas torres de Berlín como la propia de la iglesia destruida, o la del Ayuntamiento.
Construir con un único material ha sido siempre el objetivo de todo proyecto monumental y simbólico. La arquitectura de ladrillo como tal se encuentra en la Bauakademie, en el Ayuntamiento de Berlín, en la arquitectura hanseática medieval, pero también en la AEG o en la Casa de la Radio.