Miradorm
Concurso de ideas para la redacción del proyecto del Mirador de la Punta Llisera y ordenación de su entorno.
Simbología del Círculo
El círculo representa la perfección, la integridad, la unión, de lo que no tiene rotura ni fin. Símbolo tradicional de lo que no tiene inicio ni final, formado por una línea única de la que sus extremos se juntan para anularse el uno al otro.
Inclusión en el Contexto
Punto estratégico y lugar privilegiado para observar la ciudad, Punta Llisera se asoma directamente a la bahía, abrazando un panorama que se extiende de la ciudad a la isla de Benidorm. El lugar privilegiado en el cual el mirador se inserta sugiere la forma de él mismo: un circulo suspendido en el agua agarrado a la roca que permite, recorriéndolo a lo largo de toda la circunferencia, el poder admirar el panorama completo de Benidorm. Paseando a lo largo de la rampa es posible descender de la cota de la calle de Alcalde Manuel Catalán Chana al sendero que te lleva a la playa de Punta Llisera.
Miradorm
Miradorm no pretende ser simplemente un mirador que se asoma a la bahía, sino un instrumento de la contemplación del espacio, concebido como una brújula. Sirviéndose de los puntos cardinales insertados en la pavimentación es posible orientarse en el paisaje y focalizar la mirada sobre los puntos de interés de la ciudad a partir de la Avenida del Mediterráneo al Casco Antiguo terminando en la isla de Benidorm. Durante la noche, al margen de las luces de la ciudad, Miradorm se convierte en el lugar ideal para observar las estrellas de la esfera celeste. Al mismo tiempo el nuevo mirador es visible de la playa y del mar, convirtiéndose en un punto de referencia no solo para la ciudad de Benidorm, sino para toda la costa levantina.
Materiales e Iluminación
La nueva pasarela suspendida está pensada para ser un todo-uno con la roca: realizada en vigas de acero y chapas de revestimiento de color blanco, que se enganchan a la roca fundiéndose con ella. Miradorm no quiere ser solo fruto de turistas de paisaje, sino un lugar de re-encuentro entre ciudadanos de Benidorm. Por este motivo un largo banco lo envuelve a lo largo de su circunferencia: siendo de aquí posible admirar el panorama, tomar el sol y evadirse del caos de la ciudad. La rampa que lo recorre, accesible también para discapacitados, ya que la pendiente es inferior al 5%, es un lugar de paseo, de “footing” para los ciudadanos de Benidorm durante todo el año. La iluminación nocturna del mirador está pensada para enfatizar su forma, haciendo del círculo el nuevo faro de la bahía de Benidorm.