Oficinas y Nave de Producción Armoltec
El lenguaje adoptado para la elaboración y ejecución del proyecto, quiere ser un medio capaz de aunar criterios a veces tan difíciles de armonizar como son los estéticos, urbanísticos, conceptuales y constructivos. Un lenguaje en cierto modo fabril, de volumetría austera y con cierta dosis expresiva; elaborando así un edificio muy funcional, fácilmente comprensible y con vocación unitaria entre sus partes. Se persigue un esquema espacial lo más claro y sencillo posible, capaz de permitir una fluidez interior y un entendimiento global de sus espacios que se articulan con voluntad de crear un todo superior, versátil en usos y circulaciones, pero estático en su configuración estructural. En el proyecto de esta fábrica la concepción del objeto arquitectónico se plantea a partir de su definición técnica, por lo que tanto la expresión formal del edificio como su organización funcional son inseparables de su materialidad.
Son dos los principales objetivos de este proyecto. En primer lugar se pretende que, pese a los distintos usos que alberga, el conjunto de actividades industriales se conciba como una unidad. Por ello el edificio se entiende como un único volumen rotundo al cual se le van realizando perforaciones allá donde se necesita una entrada de luz o donde se produce algún acceso al mismo. Este aspecto se consigue también mediante la utilización cualitativa de los materiales: el hormigón, la chapa metálica y el vidrio.
En segundo lugar, la importancia de la iluminación natural, tanto en las zonas de oficinas como en las de producción. La apertura de un patio que a su vez sirve de acceso principal a la zona de oficinas, y la construcción de lucernarios en toda la zona de producción de la cubierta crea espacios de trabajo muy luminosos.