Centro De Las Artes De A Coruña
Bajo este nombre conviven dos entidades muy diferentes e independientes que son Conservatorio de Danza y Museo de la Diputación.
Articular dos programas diferentes (conservatorio de danza y museo) en una única entidad nos permitía rastrear la relación entre dos estructuras ajenas entre si en todos sus aspectos: organización, percepción, expresión, destino, construcción. Con ambos factores podíamos sumar, restar, dividir; elegimos multiplicar.
Como siameses unidos por la espalda, nuestros edificios no se conocen entre si, pero son el mismo cuerpo, que es único precisamente por ser dos. La extraña forma de hormigón contiene en su interior el conservatorio (IN), mientras que su superficie exterior define el espacio del museo (ON), lo que queda entre la forma y el límite. Habitaremos el interior o el exterior sin conciencia del otro.
El conservatorio se dispersa en el interior de una estructura arbórea de cajones de hormigón apoyada en el núcleo central y en la fachada metálica. Cada cajón aloja una parte específica del programa de conservatorio (administración, aulas teóricas, aulas de danza), especializándose por plantas. Sobre las superficies de hormigón se coloca el museo, que se estructura en seis alturas diferentes conectándose a través de una circulación vertical; la percepción espacial es simultanea, la organización es sucesiva.; este espacio funcionará como un ámbito amplio y versátil donde realizar muchos tipos diferentes de actividades. Para ello, la cubierta se volvió planta técnica desde la que adaptar el espacio de cada exposición, iluminación, cartelería, acondicionamiento. Un polipasto recorre su cara inferior organizando las piezas o los montajes en cada una de las salas.
La técnica de construcción del edificio abunda en la idea de dualidad. La forma de hormigón, con losas macizas y grandes vigas pared, descansa en una estructura metálica perimetral muy atomizada que adopta un carácter de malla para que la transparencia exprese el volumen interior. La textura del museo se conforma exclusivamente por vidrio impreso y hormigón encofrado con madera, persiguiendo la huella de la luz y del sistema. El interior de la forma, el conservatorio, adopta materiales artificiales suaves y coloreados, cauchos, moquetas, relacionados con la expresión de la iluminación artificial, que se disponen según una idea de forros, como el interior de un estuche, cuyas capas aportan el necesario asilamiento acústico. Por el espacio entre el hormigón y el forro discurren todas las instalaciones, distribuidas a través del núcleo central.
LA FACHADA DE VIDRIO
todo depende del cristal con que se mire
Fachada lenticular, fachada especular, fachada difusora.
La piel de vidrio formula un juego sobre la mirada, en el que lo primordial es desde donde. Las cualidades de los diferentes vidrios según su difusión, transparencia, o refracción provocan separaciones, conexiones, distorsiones, diferentes según la posición del espectador. Buscamos efectos de rebote, centelleo, disgregación, basados en la textura y disposición del vidrio impreso que descompongan la lectura unitaria a favor de una imagen compleja y múltiple. La fachada lenticular resume el carácter BI(dos) del proyecto, de manera que ésta según desde donde se mire es Museo o es Danza, trasladando a la piel el carácter heterogéneo del edificio.