Casa con huerto de cerezos
La propuesta enlaza la imagen agrícola de la vega con las necesidades domésticas de una vida más moderna, sin que esto implique caer en soluciones pintorescas. La intención ha sido resolver una serie de elementos paisajísticos que pusieran de manifiesto la idea de temporalidad asociada a la idea de ir a vivir al campo en unas condiciones más urbanas.
El proyecto extiende a toda la superficie de la parcela un huerto de cerezos elevado, como una nueva topografía que se verá manipulada con los lugares de la casa. Tres pabellones se disponen entre los frutales a diferentes niveles: la posición más baja corresponde a la biblioteca; el estudio y el salón se sitúan en el huerto y los dormitorios, elevados sobre la copa de los cerezos. De esta forma, dependiendo de la posición de la estancia, se obtiene una visión y una relación con el árbol diferente. El huerto se convierte así en un paisaje interior de la casa que pone de manifiesto los ciclos estacionales a través de los cambios físicos del árbol. Desde el pabellón de dormitorios se tiene una especial vista de los huertos de la vega a través de una plataforma de 7m de anchura que cubre la entrada a la casa y que puede ser utilizada como solarium o patio de actividades en altura.