On a vast urban plan, MUSAC draws the scenario for art with the same optimistic attitude used by the Roman surveyors to sketch their cities in the landscape. In contrast to other types of spaces which, in their museum facet, focus on the exhibition of frozen historic collections, MUSAC is a living space that opens its doors to the wide-ranging manifestations of contemporary art. This is an art centre that constructs a set of chessboards on which the action is the protagonist of the space; a structure that develops from an open system, formed by fabric of squares and rhombi, and permitting the construction of a secret geography of memory.
MUSAC is a new space for culture, regarded as something that visualises the connections between man and nature.
A cluster of chained but independent rooms permit exhibitions of differing sizes and types. Each of the jaggedly shaped rooms constructs a continuous yet spatially differentiated area that opens onto the other rooms and courtyards, providing longitudinal, transversal and diagonal views. Five hundred prefab beams enclose a series of spaces that feature systematic repetition and formal expressiveness.
Outside, the public space takes on a concave shape to hold the activities and encounters, embraced by large coloured glass in homage to the city as the place for interpersonal relationships. Inside, a large area of continuous, different spaces, spattered with courtyards and large skylights, shapes an expressive system that speaks to us of the interest shared by architecture and art: the contemporary manifestation of the variable and the perennial, of equality and difference, of universality and transience, an echo of our own diversity and equality as people.
In its size, as a single storey building with white concrete walls and large coloured glazing seen from the outside, MUSAC strives to be a space where art is at ease and helps to erase the boundaries between private and public, between work and leisure and ultimately, between art and life.
Sobre un gran plano urbano, el MUSAC dibuja el escenario del arte con la misma actitud optimista con la que los agrimensores romanos trazaban las ciudades sobre el paisaje. Frente a otro tipo de espacios cuya cualidad museística se centra en la exposición de colecciones históricas cerradas, el MUSAC es un espacio vivo que abre las puertas a una gran diversidad de manifestaciones artísticas contemporáneas; un centro de arte que construye un conjunto de tableros de juego donde las acciones son las protagonistas del propio espacio; Una estructura que se desarrolla a partir de un sistema abierto, formado por un tejido de cuadrados y rombos, que permite construir una geografía secreta de la memoria.
El MUSAC es un nuevo espacio para la cultura, entendida ésta como aquello que hace visibles los vínculos entre los hombres y la naturaleza.
Un conjunto de salas de exposiciones autónomas, y encadenadas, permite realizar exposiciones de diferentes tamaños y características; cada sala de forma quebrada construye un espacio continuo, pero diferenciado espacialmente, que se abre a las otras salas, y patios, propiciando visiones longitudinales, transversales y diagonales. Quinientas vigas prefabricadas cierran unos espacios caracterizados por la repetición sistemática y la expresividad formal.
Al exterior, el espacio público adquiere una forma cóncava para acoger las actividades y encuentros, recogido por grandes cristales de colores, donde se rinde homenaje a la ciudad como lugar de relación entre las personas. En su interior, una gran superficie de espacios continuos pero distintos, salpicados de patios y grandes lucernarios, da forma a un sistema expresivo, que nos habla del interés que comparten la arquitectura y el arte: la manifestación contemporánea de lo variable y lo perenne, de lo igual y lo distinto, de lo universal y lo transitorio, como un eco de nuestra propia diversidad e igualdad como personas.
En su extensión, como un edificio de una sola planta construido con muros de hormigón blanco y grandes vidrios de colores al exterior, el MUSAC quiere ser un espacio donde el arte se sienta cómodo, y ayude a borrar las fronteras entre lo privado y lo público, entre el ocio y el trabajo y, en definitiva, entre el arte y la vida.
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