El àrea de Valbuena, en Logroño, reùne, por su extensiòn, por su cercanìa al centro històrico, por la presencia del recuerdo de lo que existiò y por su condiciòn de borde con la naturaleza, unas condiciones ùnicas para trabar historia, ciudad y naturalez.
La intervenciòn propuesta explora la capacidad de la arquitectura y el urbanismo para irradiar cohesiòn social, aceptando que las trasformaciones de la ciudad pueden llegar a ser resonadores de optimismo, sirviendo de recipiente donde la naturaleza, la ciudad y sus ciudadanos, e identifican (pues este es el fin ùltimo de la arquitectura).