Casa Romero
La casa queda en un terreno largo y con pendiente. Desciende de Sur a Norte, desde la calle en su límite superior y una cancha de golf abajo. Lograr las mejores vistas, acomodar el proyecto a la pendiente y dar cuenta de su entorno eran los principales desafíos. La idea fue crear un gran vacío como patio de luz en el acceso de la casa, lo cual la deja en una posición y altura apropiada para captar el entorno. La geometría de la vivienda da cuenta entonces de esta relación.
Otro desafío eran las múltiples visiones de la obra. No sólo desde frentes y lados, sino también desde diagonales, desde arriba y abajo.
El programa se dividió en dos niveles. El primer nivel consiste en zócalo de piedra que construye un plano donde el segundo nivel se posa como un volumen aislado. El segundo nivel (público) consiste en un rectángulo transversal al sitio, el cual se desfasa en su acceso, dejando los servicios al poniente y lo público al oriente. A este desfase llega el puente de acceso, sobre el vacío del patio. Este tiene un espejo de agua con piedras, bambú y acer japónicos, rodeado por muros de contención de piedra, lo cual da vida y sonido al acceso de la casa. Al otro lado del segundo nivel existe una gran terraza de 15 metros de largo que sirve como espacio intermedio entre exterior y interior, la cual mira panorámicamente el club y los cerros.
En el primer nivel se crea una terraza curva que une el patio de acceso con el resto del jardín. Este espacio era de alta necesidad para la vida familiar, ya que en el Verano la temperatura es muy alta y la sombra dura de este sector juega un papel fundamental. Se da una continuidad entre la piscina sin borde y la laguna de la cancha de golf, continuando con la idea de relacionar la casa con un entorno.
La escalera que une ambos pisos al lado sur, está totalmente acristalada hacia el patio, provocando estrechas visuales entre las circulaciones.
El uso de piedra y madera produce armonía en los ambientes de la casa y con los cerros.