Urbanización del entorno de La Villa
Este proyecto, ejecutado en dos fases, nació de la necesidad imperiosa de mejorar las condiciones de estabilidad de los taludes en que se encuentra enclavada la antigua iglesia parroquial. Una pieza barroca que constituye prácticamente la única referencia histórica de la villa de San Adrián pero, al mismo tiempo, se utiliza la consolidación para potenciar una mejor accesibilidad a su entorno y, aprovechando las condiciones orográficas, enmarcar dignamente la antigua parroquia y dotarla de un marco urbano en consonancia con su relevancia y su condición de hito en el conjunto denominado “La Villa”.
La unidad de tratamiento perseguida, lleva hasta sus últimas consecuencias la adopción de un esquema formal y constructivo y se apoya en unos materiales que, usados en toda su extensión, permiten una variedad de diseño que no es solamente formal sino superficial, en función de sus propias cualidades internas.
Se ha estudiado la secuencia de muros, su altura, implantación y forma, de modo que los recorridos permitan recuperar y recrear perspectivas diferentes, sin perder nunca de vista la silueta dominante de la Iglesia. En este sentido se ha evitado la aparición de muros de grandes dimensiones buscando su escalonamiento y concatenación armónicos para recrear los perfiles de un casco histórico ya desaparecido.
Los muros se ejecutan con hormigón armado teñido en masa con óxidos rojizos para entonar con los grandes paños de ladrillo. El dibujo y la textura creados por la sucesión de muros, bordillos y planos de las rampas trata de ofrecer variedad visual, salvar los desniveles existentes y crear lugares en los que la visión, a medida que el paseante se desplaza en altura, vaya enriqueciéndose con nuevos planos y superficies pavimentadas que se superponen a las visiones del paisaje natural y urbano de San Adrián.