REFORMA TEATRO PRINCIPAL DE BADALONA
El “Teatre Principal” es un edificio propiedad del Ajuntament de Badalona , su creación data de 1930 y durante muchos años fue un cine, rehabilitándose por última vez en el año 1998. Actualmente en él se programan espectáculos de diverso formato para públicos también distintos.
La idea inicial del proyecto es crear un espacio polivalente para representaciones teatrales y otros actos dando al conjunto del edificio la calidad espacial y la continuidad de diseño que, con los diferentes cambios de uso, la falta de mantenimiento y las múltiples modificaciones sufridas, ha perdido durante estos años
El espacio era un teatro oscuro, con una distribución que tritura completamente los espacios, obsoleto desde el punto de vista normativo y con una difícil accesibilidad que complica , a pesar de su importante presencia, su relación con la ciudad. La intervención pretende conseguir transformar el teatro en un espacio luminoso y abierto, que es difícil relacionarlo con el original a pesar de mantener su volumetría. Esto se consigue mediante una importante intervención estructural en el edificio, como por ejemplo rebajar la cota del interior de hall del teatro a nivel de rasante de la calle, evitando así los desniveles y eliminando las barreras arquitectónicas y dando una mayor amplitud al hall con la realización de diversos apeos que permiten mejorar notablemente este espacio.
El hall es el gran espacio en donde los espectadores se preparan para el espectáculo , donde se reúnen , donde esperan…..es un espacio dinámico y muy vivo, pero donde el espectador sigue siendo un sujeto pasivo. En la propuesta se pretende modificar esta situación otorgándole un nuevo estatus; el de actor aunque sea momentáneamente. Este hall dinámico, con revestimientos brillantes y llenos de reflejos, focaliza su atención en la pared opuesta al acceso donde con la colocación de una imagen retroiluminada de la sala desde el escenario, se convierte al espectador en actor, justo antes de entrar en la gran sala. De esta manera el espectador tiene una imagen del patio de butacas que nunca tiene habitualmente. Se convierte así en el verdadero protagonista del teatro.
En el aspecto funcional, la reforma pretende conseguir un edificio mucho más polivalente, apto para diversos formatos con garantías técnicas que así lo posibiliten
y con una mayor flexibilidad también en su gestión, con posibilidad de compartimentarlo en dos salas de 140 y 250 espectadores cada una o bien una única de casi 400. Aspecto importante a destacar, es la instalación de unas gradas retractiles en platea que permite liberar completamente esta superficie y mejorar mucho la diversidad de actos que puede llegar a albergar, con una capacidad cercana a las 1000 personas.
A nivel de fachada, la intervención es muy respetuosa con la original, se mantiene la volumetría y solamente se interviene en la piel del edificio, reparándola y mejorándola mediante un revestimiento de piedra en el zócalo y estucado en la parte superior, potenciando notablemente la entrada para así ponerlo en valor y destacándolo con un carácter propio, en medio de la trama urbana.