Centro de Interpretación del Horreo
El museo del Hórreo es el resultado de un concurso que pretendía, en el pueblo de Bueño muy cerca de Oviedo, dónde hay unos cincuenta de estos elementos etnográficos, crear un centro que sirva de exposición de los distintos tipos que hay en Asturias y que sirva de muestra y mayor conocimiento para su mayor conservación.
En nuestros pueblos no solo son interesantes estas cajas de madera de función agrícola sino también los espacios que se crean entre ellos. Estas premisas funcionales nos sirven de pauta para genera una pieza contemporánea pero a la vez deudora de la realidad construida tradicional.
Tratamos de compatibilizar dos funciones propias de cualquier museo unas cajas cerradas de luz controlada y un recorrido muy abierto que permita, a la vez que se disfruta de las vistas ver los contenidos en paneles que diseñamos perpendiculares para no interferir la transparencia.
La arquitectura, muy rigurosa y pautada acaba siendo dos planos de hormigón que apoyan (como los hórreos) en pilares sobredimensionados que hacen una lectura más clara del proyecto cómo elemento apoyado, unos pilares metálicos van marcando la parrilla geométrica y a veces se ven y otras los embeben las cajas de madera.
Lucernarios marcan los accesos generando luces que varían dentro del de por sí muy luminoso edificio.
Además de la referencia innegable a la construcción anfitriona, el edificio se encuentra en un área de frecuentes inundaciones del río, lo cual invitaba a su elevación.
Nos gusta la transparencia, el uso de la madera en grandes escuadrías en la creación de las cajas, la matemática subyacente, la horizontalidad que rompe contra el macizo de piedra y la doble lectura que el edificio tiene para nosotros arquitectos y para otra gente, más interesada por lo etnográfico, que al fin y al cabo es la razón de ser de este ejercicio de Arquitectura.