Vivienda Unifamiliar en Mont-ràs
UBICACIÓN:
Ante un terreno de gran desnivel que atesora unas espléndidas condiciones paisajísticas, inmerso entre pinos y encinas, próximo a un riachuelo en su margen inferior y con unas posibilidades visuales donde el bosque y el mar se convierten en telón de fondo, el proyecto parte de la premisa inicial de reinterpretar positivamente la legislación existente buscando la integración tanto en el entorno natural como en el imaginario sociocultural del lugar.
Condicionado por estas circunstancias, la propuesta refleja esta integración entre valores aparentemente contradictorios o excluyentes (lo urbano y lo rural, la montaña y el mar, la convivencia familiar y la autonomía de cada uno de sus miembros) pero que en realidad son complementarios. Por un lado, un volumen principal-masía, contenedor de los usos más substanciales de la vivienda y que establece vínculos con la arquitectura tradicional existente en lo que a materiales y de composición de fachada se refiere ,y una segunda tipología formal sugestionada por la topografía con bungalows-semienterrados, consiguiéndose así una perfecta simbiosis entre naturaleza y cultura, la propia de los modos de construir y vivir de los habitantes de la zona.
En el posicionamiento en la parcela se han tenido en cuenta los distintos condicionantes que envuelven al lugar. Su pronunciada topografía, la edificación cercana, la orientación, así como el correcto tratamiento de las visuales y la integración en el entorno han dado lugar a que desde la vía de acceso se aprecie un reducido volumen exterior junto al espacio de jardín y piscina que ocultan el verdadero desarrollo de la vivienda producido en la cota inferior. Es desde el espacio inferior, cuando la verdadera magnitud de la edificación se hace presente mediante sus distintos cuerpos, a través de la aplicación de este criterio se consigue que no haya un lado de la casa principal y otro secundario, como es habitual, sino que cada uno de los dos lados tiene su propia personalidad y “comunica” cosas distintas utilizando también lenguajes distintos.
La vivienda, se divide en dos áreas principales, el mencionado volumen principal-masía y los bungalows-semienterrados hechos de hormigón de las habitaciones. El acceso a ambos cuerpos se realiza a través de una escalera exterior que nos conduce a la cota inferior con respecto a lo que se aprecia desde la calle; desembarcamos en el hall de la vivienda donde la característica principal se hace presente: la voluntad de difuminar los límites entre el interior y el exterior, premisas que tanto propietarios como clientes tenían muy presente.
VOLUMEN PRINCIPAL-MASÍA
El cuerpo principal, pensado para que pueda ser utilizado de forma independiente respecto al resto de la vivienda, se compone de tres niveles. Una altura superior, con la habitación principal, con vistas al espacio de cubierta ajardinada y piscina y una zona de estudio y biblioteca. En la cota de acceso encontramos el comedor-cocina y el salón con tres espacios y con una biblioteca a doble altura. En la última planta, en la cota más inferior, semienterrado, se sitúan un espacio de ocio-gimnasio y un garaje-taller con toda la dotación instrumental necesaria, ya que uno de los miembros de la familia es aficionado a la construcción de coches deportivos.
Estas tres alturas están unidas por una escalera muy permeable, realizada en hierro y cuarcita, que es una escultura en sí misma.
Este volumen se ha realizado con materiales relacionados con la arquitectura tradicional: piedra en fachada, hierro natural y yeso.
BUNGALOWS-SEMIENTERRADOS
El resto del espacio construido se corresponde al área de habitaciones, pensadas para un uso más informal y contemporáneo. A través del pasillo-distribuidor con una luz muy especial provinente de tres ventanas de grandes dimensiones situadas en la base de la piscina llegamos a las habitaciones donde una serie de muros señalan la entrada a cada una de las habitaciones. El interior de cada una de ellas se organiza en sentido longitudinal, con un gran mueble metálico que contiene todos los usos necesarios – armarios, baños y escritorios – y un gran vacío restante donde se ubica la cama y una zona de estancia dotada del mobiliario propio de esta función. Al igual que sucede en el hall de acceso, cada una de las habitaciones enmarcan su paisaje inmediato, dando lugar a lo largo del distribuidor a una secuencia de perspectivas gracias a la configuración de sus muros en abanico.
Los bungalows tienen un tratamiento más contemporáneo, pero nunca olvidando la calidez que necesita una vivienda: hormigón visto, hierro natural, parquet natural y piedra natural como nexo de unión entre las dos partes.
EJECUCIÓN-experiencia positiva
En esta ocasión la joven arquitecta Marta García-Orte, con la colaboración de Antonio Zamora, arquitecto también joven, ha realizado la ejecución de la obra en su totalidad, encargándose de negociar y acordar cada uno de los industriales de manera directa. El resultado es evidente: industriales implicados en la vivienda y ejecución muy cuidada.
Esta relación arquitecto-industriales ha sido esencial para la construcción, ya que se trata de una vivienda muy personal.
Colocación de la piedra exterior, de la cuarcita en el pavimento, y todos los trabajos de albañilería y acabados, aportando su gran experiencia en el ramo, a cargo de Construcciones López-Corominas.
Realización del hormigón de toda la vivienda realizado con exquisita dedicación: encofrado de madera para las paredes de las habitaciones, de fenólico para las losas, etc. Estructuras El Puntal
El trabajo meticuloso con el hierro por parte de Serralleria Gich, toda la fachada interior de las habitaciones, con planchas de hierro negro con distintas medidas, correderas, etc.
Las carpinterías de aluminio y persianas, calidad extraordinaria, colocadas por Josep Maria Plantalech SL, con dedicación y cuidado muy profesionales.
Espacio exterior, la ayuda de Jesús Cano ha sido imprescindible.