Viviendas protegidas Vigo
Arquitecto como oficio
A veces, más de las deseadas, las normas urbanísticas, las ordenanzas, las leyes,... hacen que la labor del arquitecto quede reducida notablemente. el proyecto del edificio de san paio de navia, responde a uno de los ejemplos más restrictivos; con un plan parcial de dudosa calidad que apenas ofrece una respuesta sobre los criterios de adaptación al entorno, de conectividad con la ciudad, de preocupaciones por orientaciones o soleamientos,.... pero que por el contrario, establece una rígida definición volumétrica, funcional, de ocupación por planta y de tipología de viviendas.
Así, con todos esos condicionantes, y añadiendo la austeridad a la que el presupuesto nos obligaba al tratarse de viviendas de protección, nuestra labor nace desde la disciplina más absoluta. Resolver del modo más óptimo una tipología de viviendas que debía responder al cuestionable nLDK.
Así, las viviendas nacen de la voluntad de segregar las zonas húmedas integrándolas en unas pastillas interiores lo que nos permite liberar el 80% de la superficie de cualquier tipo de servidumbre de instalaciones, dotando a la vivienda de un grado de perfectibilidad grande, para que el usuario pueda manejar este gran porcentaje de vivienda según sus necesidades. la disciplina de la distribución de las plantas también acompaña a la organización de las instalaciones y la estructura, liberándose, en cierto modo, en la concepción volumétrica del edificio.
La obligatoriedad de plantear soportales, nos hace dedicar gran parte del esfuerzo a la resolución de los pilares exentos y en su transición/relación con las plantas de pisos. así, para dotar al edificio de una mayor levedad decidimos disociarlo de los pilares, de tal modo que se produzca la lectura un volumen puro blanco, sustentado por unos pilares trapezoidales de hormigón visto.