Tras analizar las piezas y el espacio expositivo pensamos que el proyecto está en la necesidad de encontrar un sistema expositivo capaz de conciliar la escala del espacio con la de las piezas. El montaje debe ser un mediador entre la escala y la forma del espacio, de las piezas y del espectador. Al mismo tiempo creemos que el acercamiento a las piezas ha de ser progresivo e individualizado, parcial y pautado.
La propuesta de construir unas grandes mesas, iguales en sus dimensiones pero variables en cuanto a la disposición de las piezas nos parece una buena y sencilla forma de dar respuesta al doble requerimiento planteado: Adecuar la escala del espacio a las piezas; pautar e individualizar la percepción de las piezas.
A su vez consideramos que el sistema expositivo, aún permitiendo una buena visión volumétrica y tridimensional de las piezas, nos deja a medio camino entre lo escultórico y lo doméstico, lo cual creemos favorece la percepción de las obras.
En cuanto al material de las mesas, y a la vista de las obras, pensamos que un material más natural, vivo e "imperfecto" como es la madera -cuidadosa e intencionadamente escogida y tratada- puede inducir una lectura más amable y creemos que más cercana al espíritu y a la materialidad de las piezas.