Adecuación y ampliación de la Casa de la Cúria
2º premio "ciudades patrimonio de la humanidad"
La eliminación de elementos añadidos nos permite destacar los de mayor singularidad y valor histórico recuperando la arquitectura y conectándola a su entorno.
La primera referencia de la Casa de la Curia fecha de 1490, levantándose sobre los muros que formaban parte del triple recinto árabe, todos ellos pertenecientes a estructuras defensivas y muros medievales dentro de la villa superior, en el barrio de Dalt Vila en la ciudad de Ibiza. El inmueble fue sede de la administración de justicia desde la conquista catalana hasta el s. XVIII, para pasar a ser el Archivo del Juzgado. Desde entonces ha sufrido varios cambios de uso así como diversas fisonomías hasta la última restauración global del conjunto de la casa de la Cúria, cuando se eliminó el extremo norte de la edificación que carecía de valor histórico y artístico, dejando así la torre al descubierto. El nuevo uso nace de la declaración del conjunto monumental de Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, convirtiéndose así en el punto de información y centro de visitantes "Madina Yavisah". Una vez estudiado el conjunto de edificaciones y realizadas las excavaciones arqueológicas previas, la propuesta da respuesta al nuevo uso público, restaurando y enfatizando los elementos singulares y las estructuras recuperadas, y suprimiendo los añadidos. El proyecto ha restaurado la totalidad de las edificaciones, al mismo tiempo que se ha hecho una ampliación del edificio hacia un jardín posterior situado fuera de las murallas, sobre la ciudad marinera. Como resultado del trabajo arqueológico previo, el proyecto se entiende como un recorrido a través de la historia, recorriendo las antiguas murallas del triple recinto árabe situadas por debajo de la plaza-mirador, entre las dos torres que delimitan la actuación, conectando con los espacios enjardinados inferiores con acceso por la calle de Santa María. La nueva actuación permite la prolongación del mirador de la plaza de la catedral hasta el pie de la torre defensiva, recuperando de este modo el espacio ocupado en origen por la antigua Lonja, donde aflora a la superficie mediante un pavimento diferenciador, el trazado del muro y de la torre de la primitiva fortificación árabe que se visita el interior del inmueble.