Oficinas para Gamesa Eólica
El edificio se configura como un gran mineral excavado, abierto en su interior para que la jardinería de la parcela invada la construcción hasta el centro geométrico de la misma. El perímetro exterior, claro y delimitado, contrasta con el interior quebrado y abierto.Tanto la geometría del edificio como su materialización exterior, con vidrios laminares que tienen en su interior una malla de acero inoxidable capaz de producir reflejos y texturas minerales con la incidencia de la luz, abundan en esta idea de configurar una pieza mineral, atractiva en términos formales.
La pieza así concebida se coloca en el “sitio” apropiándose del mismo. En la medida que la parcela no queda como un perímetro en torno al edificio sino que se introduce en el mismo creando complejidades espaciales y visuales, diluyendo y enriqueciendo el límite entre el interior y el exterior, se establece un diálogo entre la nueva construcción y el lugar que resulta sin duda fructífero.
El proyecto debe incluir un programa amplio y relativamente complejo dividido en distintas áreas funcionales. Durante el transcurso del trabajo se han mantenido repetidas reuniones con la propiedad tendentes a estructurar la organización funcional del edificio, sin embargo han sido decisiones más conceptuales ligadas a la arquitectura, las que realmente dotan al conjunto de claridad funcional y, a la postre, de capacidad suficiente para adaptarse a cambios de programas futuros.
El perímetro exterior queda conformado por todos los espacios y despachos que según el programa deben quedar cerrados, con privacidad acústica, dejando todo el interior, abierto al gran espacio ajardinado central, con una estructura de oficina paisaje más abierta y desestructurada que en aquél.
Si bien el perímetro del edificio no queda cerrado (sustancialmente es una planta en U) existe un nivel, el más elevado, donde se continúa todo el perímetro mediante la construcción de un “puente” que permite la comunicación entre usos sin tener desplazamientos innecesarios.
La orientación del edificio sitúa el perímetro exterior del edificio orientado al sur, este y oeste. Por contra el gran jardín interior, más protegido, se localiza orientada al norte. Toda la fachada exterior se configura según el sistema de una doble fachada acristalada y ventilada cuyos efectos en lo que al calentamiento del edificio, especialmente en invierno, son bien conocidos. El espacio interior protegido de los vientos, profusamente ajardinado con árboles de gran envergadura, se convierte en verano en un lugar fresco, un pulmón con refrigeración natural del edificio.