El Plan Especial de la Plaça de l'Església de Granollers pretende recuperar el papel de la plaza en el conjunto del casco antiguo de la ciudad.
Nuestra parcela es clave en la consolidación de esta centralidad, pues ocupa el espacio que da continuidad a la calle Barcelona y conexión con la Plaça de la Porxada.
Las tres fachadas se funden en una sola piel que, mediante el tratamiento continuo de la piedra y los postigos de las aberturas, unifica la volumetría y consolida el dominio del pleno sobre el vacío característico del centro histórico.
Se ha utilizado una piedra basáltica que por su porosidad y textura cambia constantemente de color y reflexión según los diferentes grados de humedad ambiental.
Además las inscripciones de letras y los rebajes ornamentales remiten al mundo de los tatuajes que refuerzan la percepción de piel y dan un rostro personal y humano al edificio. La movilidad cambiando los postigos que aparecen y desaparecen (se abren y se cierran) materializan en fachada la vida interior del edificio. En conjunto el edificio refleja el paso del tiempo y transmite una atmósfera orgánica, viva y cambiante.
El revestimiento exterior de los postigos es de panel tipo VIROC de cemento y fibra de madera que tiene un color y textura muy similar al de la piedra pero es mucho más ligero y aguanta los impactos del abrir y cerrar.
Cuando está cerrada la contraventana queda en el mismo plano que la piedra y desaparece en la modulación de la fachada ventilada. Por el interior el postigo está revestido de madera y por tanto una vez abierto refuerza mucho su presencia volumétrica y compositiva pasando del anonimato a la singularidad.
Las únicas excepciones en este tratamiento oscuro y masivo uniforme serán las amplias aperturas de los locales comerciales en planta baja y terrazas que, tratados con madera, generan grandes cavidades que enfatizan en fachada la distribución interior y dan relieve y volumen para negativo edificio.
Las tipologías están basadas en la continuidad entre sala y cocina en "L" creando un único espacio de día que cruza el edificio con un gran vacío que relaciona las dos fachadas y las dos orientaciones y que acaban agujereando de forma explicita las fachadas. Esta estrategia también consigue que todas las viviendas tengan relación visual con la plaza y la fachada de la iglesia.
La vivienda de la planta superior invierte la distribución para que la zona de estar,
comedor y cocina estén en relación con la terraza perimetral desde donde se puede disfrutar de vistas a todo el casco antiguo de Granollers.