Escuela De Arte De Glasgow
Una circunstancia fundamental nos acerco la primera reflexión sobre la ampliaicón de la GSA de Glasgow : lo extenso del programa y lo reducido del espacio podía dar lugar a soluciones límite más preocupadas por una identidad fuerte, por una imagen y una caligrafía poderosa, que por un proceso de proyecto que realmente resolviera los problemas fundamentales. Problemas de relación con el edificio existente, espaciales si nos referimos a los talleres o, lo que es más importante, de significación si entendemos el proyecto en términos institucionales.
Hemos preferido desarrollar un proceso más complejo pero más atento a todas estas cuestiones que, por encima de la imagen, son fundamentales para dotar a la arquitectura de sustancia.
El proceso de proyecto se puede estructurar en tres grandes decisiones que, naturalmente, han de resultar coherentes entre sí dotando a la propuesta de la unidad necesaria. El espacio público como mecanismo estructurante y organizador de la arquitectura misma que dota al conjunto de una dimensión y una significación acorde con la importancia de la institución que es la Escuela de Arte de Glasgow. La organización de los talleres y en general del programa siguen unos criterios organizativos similares a los existentes en el actual edificio de Mackintosh que se ha demostrado eficaz para la adaptación en el tiempo. Y finalmente, la luz de Glasgow como elemento que inspira la materialización del edificio.
Estos tres conceptos quedan todos ellos dotados de sentido a partir de una idea básica como es la de que el conjunto, el edificio existente y el nuevo han de entenderse como una unidad operativa e institucional, cuestión ésta de gran importancia.