Casa-Cortijo en un olivar
El paisaje, Llanura infinita de manchas de trigo, girasol y olivar que se suceden conformando una naturaleza artificial y geometrica, en movimiento constante a lo largo de la estaciones. La luz cegadora, instrumento de trabajo para generar una arquitectura esculpida y cerrada, consciente de su caracter objetual.
Como recurso a la investigacion con espacios exteriores acotados (invernadero, patio, cubo de vidrio) que introducen a luz cruzada, tamizada y las visiones diagonales.
Se renuncia a una arquitectura tecnologica y se acepta una construccion tradicional, en la que morteros de cal, pavimento de barro y cerrajeria de taller se ponen al servicio de un lenguaje moderno.
CREDITS
Arquitectos:
Ana Espinosa G. Valdecasas
Álvaro Moreno Hernández
Pablo Olalquiaga Bescós
Arquitectos Colaboradores:
María Espinosa G. Valdecasas
Alfonso Olalquiaga Bescós
Arquitecto Técnico: Vicente Linares Medina