El proyecto de renovación de Arantzazu aglutina varias intervenciones que ah (alonso hernández asociados arquitectos) ha ido desarrollando a lo largo de los últimos cuatro años, para recuperar el entorno de la Basílica de Arantzazu con ocasión de su quinto centenario.
Dichas intervenciones han tenido como objeto, por un lado, la adecuación del entorno físico (mediante un Plan Especial de protección paisajística, y un proyecto de urbanización de las antepuertas de la basílica, donde se incluye la oficina de turismo), y por el otro, la reforma del antiguo seminario y frontones para habilitarlo como el nuevo lugar de encuentros: “Centro Gandiaga Topagunea".
El centro cultural “Gandiaga Topagunea", se concibe como un conjunto de bloques pétreos que se perforan con grandes huecos, como vacíos excavados y cortes horizontales, que abren el edificio hacia el imponente paisaje natural del entorno. En el interior se desarrollan espacios de acogida para programas expositivos, culturales y de encuentro ciudadano. Este edificio es una rehabilitación del antiguo seminario, cuya estructura se ha reducido a un tercio mediante un derribo selectivo, y cuyos materiales de construcción han sido reutilizados como relleno para un gran aparcamiento, integrado en la ladera mediante bancadas, y situado en las proximidades del acceso.
A esto se le añade la creación junto a la antigua capilla o Humilladero de un espacio dedicado a acoger una escultura donada por Jorge Oteiza, denominada Misterio, edificación de carácter singular, y de una escala íntima, casi personal.
"Misterio" es un volumen que emerge de la roca, como si de un nuevo accidente de la topografía característica de Arantzazu se tratase. La edificación es un elemento de hormigón apiconado de carácter unipersonal. Es una capilla para el peregrino, un lugar donde el visitante se permite descubrir, de forma simultánea, el lugar que lo rodea y a él mismo, un espacio para la comprensión de lo simbólico de Arantzazu.